De acuerdo con estadísticas del Centro de Información, Desarrollo y Estadística del Organismo Judicial desde el 2010 se han presentado 4 mil 612 casos para demandar la paternidad y filiación de los padres que no han reconocido su responsabilidad.
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Una problemática que tiene diversas consecuencias sociales, conductuales y emocionales en los guatemaltecos que no cuentan un padre.
Carolina Álvarez Mérida es una madre soltera, de 40 años, quien hace 23 resultó embarazada después de tener una relación con un hombre casado que no enfrentó la responsabilidad de ser padre. “Cuando resulté embarazada le comenté al papá, pero negó su paternidad y me abandonó”, cuenta.
Álvarez dice que con la ayuda de su madre y demás familiares logró tener al bebé, pero al poco tiempo, su pareja sentimental volvió a acercarse con promesas de cambio y la historia se repitió.
“Era muy sumisa y con miedo porque era muy violento. Volví a caer con él y resulté embarazada de nuevo, y como es típico, dijo que tanto el primero como el segundo bebé no eran sus hijos y no se haría cargo”.
“Vivir sola y asumir una maternidad que no estaba planificada para mí fue muy duro y muy frustrante en una edad muy joven”, expresa.
La entrevistada relata que con la ayuda que le seguían brindando sus familiares obtuvo un trabajo para sostener a sus hijos, pero con el pasar del tiempo conoció a alguien con quien “quiso darse una nueva oportunidad”.
No se imaginó que volvería a quedar embarazada, y ahora de otra persona. “Pensé que iba ser distinto, pero lamentablemente se volvió a repetir la historia”.
Pese a lo sucedió, Carolina decidió quedarse sola y seguir luchando por su tres hijos. “No quise rehacer mi vida porque se escuchaba mucho del abuso sexual de los padrastros sobre los niños; tomé la decisión de quedarme sola y así seguí adelante”, indica
Según Álvarez fue de esa forma como aprendió a ser independiente y “aunque fue una situación difícil mantener una maternidad sola, tampoco fue imposible salir adelante”.
Ahora sus tres hijos tienen edades comprendidas entre 18 a 23 años y dice sentirse satisfecha porque como madre soltera logró hacer mucho por ellos. “Me siento muy orgullosa de haber logrado lo que yo temía que no podía llegar a ser. Ahora tengo 40 años y he hecho de mis hijos personas de bien, quienes deberán tomar sus propias decisiones”.
Carolina nunca reclamó a sus parejas el reconocimiento de paternidad para sus hijos, pero en la actualidad hay muchas más probabilidades de conseguir ese estatus con la Ley de Paternidad Responsable.
Sin embargo, como el caso de Carolina hay muchos en el país, donde los hombres no se hacen responsables de su paternidad y las madres tienen que cargar con toda la responsabilidad de educar a sus hijos.
De acuerdo con estadísticas del Centro de Información, Desarrollo y Estadística Judicial del Organismo Judicial, desde el 2010 a la fecha se han presentado 4 mil 612 casos para la paternidad y filiación.
Entre los años con más casos registrados está el 2010 con mil 169 procesos, siendo el departamento de Guatemala el que mayor numero alcanza. Desde el 2010 a la fecha en dicho departamento han ingresado mil 086 peticiones para iniciar procesos con el objetivo de determinar la paternidad.
Otros departamentos con una incidencia alta de procesos son Quetzaltenango, San Marcos y Huehuetenango, los primeros dos con 400 casos cada uno y el tercero 342 desde 2010. Mientras que en Chiquimula solo se cuenta con 20 procesos desde la misma fecha, Retalhuleu con 61 y el Progreso con 84.
SITUACIÓN DESAFORTUNADA
Norma Cruz, de la Fundación Sobrevivientes, dice que “desafortunadamente” en Guatemala muchos hombres no asumen la responsabilidad de los hijos.
Cruz asegura que más del cincuenta por ciento de los hogares actualmente se encuentran encabezados por madres solteras y en el sistema de justicia hay un gran número de demandas de pensión alimenticia que muchas veces llegan hasta una orden de captura para quienes incumplen.
“Los hijos, si se traen al mundo, tienen que comer, estudiar, vestir y tener un techo donde vivir; no se pueden dejar abandonados”, añade Cruz
“Los padres de familia tienen que tener claro que en sus manos hay una responsabilidad. Lastimosamente los hombres no les dan de comer a sus hijos hasta que no están en una cárcel, y cuando son apresados por arte de magia sale lo que tienen que dar como pensión alimenticia, pero se tiene que llegar hasta la cárcel para que ellos respondan”, lamenta Cruz.
Según la entrevistada, otro problema que se tiene es que a veces los padres viven con los niños, pero priorizan el consumo licor y dejan por un lado el bienestar de los menores. “Tenemos que educarnos que la paternidad es una responsabilidad”, apunta
“El tener relaciones sexuales tienen que ser con responsabilidad para que no traigamos al mundo niños no deseados y que después se esté ejerciendo una paternidad tan negativa”, considera Cruz.
Por su parte, Otto René Arenas, del Bufete Popular de la Universidad de San Carlos, manifiesta que la paternidad responsable es un principio que se inculca desde el hogar, pero en cuanto al marco normativo es un elemento que se determina en la sociedad y consecuentemente en la legislación que regula la familia.
Arenas asegura que hay un alto índice de padres irresponsables que tras embarazar a sus parejas posteriormente se alejan, siendo un fenómeno recurrente que afecta a miles de mujeres guatemaltecas.
“Ahora el Derecho de Familia, establece mecanismos para reclamar afiliación, y reconocer a un hijo aun así se niegue el supuestamente padre”, señala el experto.
No obstante, a criterio del profesional, la Ley que establece la paternidad responsable debe ser reformada. “Todo en la vida se convierte en anacrónico, y todo se vuelve inoperante. Los fenómenos sociales en Guatemala no son la excepción, considero que la Ley debe ser reformada y actualizarse, siendo más eficaz de acuerdo a los tiempos y circunstancias que se están viviendo”.
Debe ser reformada concretamente en obligación de la provisión de los alimentos para los menores así como también en que ambos padres son responsables del cuidado, alimentación y educación con los hijos. “Debería ser una Ley más coercitiva”, dice.
FIGURAS DE IDENTIDAD Y PERTENENCIA
Marco Antonio Garavito, de la Liga de Higiene Mental, dice que los seres humanos en su edad temprana tienen como referentes al padre y la madre como figuras modélicas, de identidad y pertenencia.
Sin embargo, se habla de la necesidad de que los niños puedan contar con un padre y una madre, “cosa que en este país es muy complicado por distintos factores, entre ellos la responsabilidad de los hombres respecto a su paternidad”, opina el psicólogo.
En esa misma medida es claro que los seres humanos, en este caso niños o niñas, van a crecer con una mejor compresión de su desarrollo al tener las figuras de identidad y pertenencia. “La falta de una mamá o un papá siempre va a tender a frustraciones, porque la madre no puede sustituir al papá”, dice Garavito.
Hay madres que juegan los dos roles y hacen grandes luchas para sacar adelante a los niños, “pero lo lógico es que haya un factor de referencia de los hijos hacia ambas entidades familiares padre y madre”.
UN FACTOR DE FRUSTRACIÓN
El no tener un padre repercute en diferentes formas. “La usencia de un papá siempre ser un factor de frustración en los niños”.
“La frustración es una fuente muy importante de la agresividad y la violencia, en la medida que hayan mayores grados de frustración los niños serán más rebeldes, agresivos y violentos”, asegura Garavito.
Sin embargo, el experto considera que tampoco hay que idealizar la situación en el sentido de que muchas veces los padres están presentes físicamente, pero eso no quiere decir que jueguen el rol que les corresponde o que haya una integración familiar. “Por eso es que esa idea de que la familia integrada es donde esta papá, mamá y los hijos no es tan de fácil”.
“No hay que idealizar el hecho de que los padres estén juntos, porque a veces es contraproducente, cuando hay muchos factores de violencia es mejor que los padres estén separados y que los niños tengan una distancia con el padre porque son una fuente de violencia”, asegura el entrevistado.
Puede ser que esté papá, mamá e hijos pero la dinámica entre la familia es un infierno, muchas veces hay una distancia, por ejemplo, de padres separados y, sin embargo, la relación con los hijos es muy positiva, concluye.
El Código Civil en el artículo 221 establece los casos en los que se puede declarar la paternidad.
1. Cuando existan cartas, escritos o documentos en que se reconozca.
2. Cuando el pretensor se halle en posesión notoria de estado de hijo del presunto padre.
3. En los casos de violación, estupro o rapto, cuando la época del delito coincida con la de la concepción.
4. Cuando el presunto padre haya vivido maridablemente con la madre durante la época de la concepción.
5. Cuando el resultado de la prueba biológica, del Ácido Desoxirribonucleico -ADN-, determine científicamente la filiación con el presunto padre, madre e hijo. Si el presunto padre se negare a someterse a la práctica de dicha prueba, ordenada por juez competente, su negativa se tendrá como prueba de la paternidad, salvo prueba en contrario. La prueba del Ácido Desoxirribonucleico -ADN-, deberá ser ordenada por juez competente, pudiendo realizarse en cualquier institución de carácter pública o privada, nacional o extranjera especializadas en dicha materia. Este medio de prueba, deberá cumplir con los requisitos establecidos en la ley para su admisibilidad. En juicios de impugnación de paternidad o maternidad, será admisible en iguales condiciones y circunstancias, la prueba molecular genética del Ácido Desoxirribonucleico -ADN.
Carolina Álvarez Mérida
Madre soltera