¿Una nueva doctrina?


Editorial_LH

Pocas veces en la historia se da la oportunidad de plantear una nueva doctrina que venga a modificar las bases de funcionamiento social. Las que hasta la fecha han sido la plataforma en materias como las prácticas del Derecho Procesal, Derecho Penal y Derechos Humanos, se enfrentan a una potencial modificación que transformaría el ejercicio profesional en dichas áreas.


Porque resulta que ahora en Guatemala, un grupo ha venido a plantear en un documento las bases de por qué un sistema totalmente ineficiente, ignorante y, creerán también, corrupto como el de Suiza, no tiene el derecho mínimo de procesar a sus mismos ciudadanos por delitos cometidos en otros países.
 
La práctica suiza impide extraditar a uno de los suyos, no con la intención de castigarlos sino que, por el contrario, en una demostración de absoluta confianza en su sistema de Justicia que prefiere ofrecer garantías de un juicio justo a quienes, en otros países, podrían sufrir algún tipo de abuso en el proceso o vejamen dentro de las cárceles.
 
Para algunos guatemaltecos parece incomprensible que dentro de las prácticas modernas del derecho penal, no se haya considerado en la fiscalía suiza la desaparición de un expediente, transformación de evidencias físicas, la intimidación y/o asesinato de un testigo o, simplemente, mandarle una maleta de plata a los miembros del tribunal. ¿Qué clase de sistema tan atrasado es ese que no acepta las modernas prácticas que se utilizan en nuestro país y que son parte de las “reglas claras”?
 
Y es por ello que es bueno que exempleados del Ministerio Público están aportando a la nueva doctrina en la que se quiere condenar a los europeos por la brutalidad de no entender un sistema tan elemental como el nuestro: La condena a cualquier delincuente es a muerte y la puede aplicar cualquiera.
 
A quien habría que incluir en la acusación por ser iluso, es al mismo acusado Erwin Sperisen que fue quien escogió ir a esconderse a su “otro” país para sentir un manto protector que le permitiera evadir la justicia guatemalteca. Si se hubiera quedado, se hubiera podido beneficiar de la “novedosa” doctrina con que se quiere educar a los helvéticos.
 
Queriendo dejar la ironía de un lado, debemos entender que las informaciones que salen de nuestro país, nos pintan como una selva en el exterior.  Un país en el que los políticos y funcionarios se creen dueños del dinero del Estado, en que los ciudadanos se creen que los problemas se resuelven matando y en el que no podemos entender que la Ley es la Ley.

Minutero
Quieren mandar a los suizos
a freír eternos chorizos;
donde abunda la estulticia
dan lecciones de justicia