El soldado estadounidense Bowe Bergdahl, liberado a cambio de talibanes tras cinco años de cautiverio en Afganistán, llegó hoy a San Antonio, Texas, en Estados Unidos, según confirmó el Pentágono.
Bergdahl fue liberado el 31 de mayo pero desde entonces había permanecido en el hospital militar estadounidense de Landstuhl, en Alemania. Ahora su proceso de recuperación continuará en un hospital militar de San Antonio (Texas), a donde llegó hoy.
«Continuará la siguiente fase de su proceso de reintegración. No hay un cronograma para ese proceso», explicó el secretario de prensa del Pentágono, el contralmirante John Kirby.
De acuerdo con el diario «The New York Times», el proceso de reintegración podría llevar varias semanas. Durante su estancia en San Antonio, Bergdahl tampoco aparecerá en público.
De acuerdo con el canal de televisión estadounidense CNN, el soldado fue recibido por médicos y cuidadores, aunque su familia no estuvo presente. Los padres informaron sin embargo que estaban «muy contentos» de que su hijo se encontrara nuevamente en el país. Al mismo tiempo, pidieron que se respete su esfera privada para poder concentrarse en la reintegración de su hijo.
La puesta en libertad de Bergdahl se vio ensombrecida por la controversia generada por la decisión del presidente, Barack Obama, de intercambiarlo por cinco altos mandos talibanes encarcelados en la prisión de Guantánamo, en Cuba. La oposición republicana criticó a Obama por haber entregado a muchos prisioneros a cambio de Bergdahl y por tomar la decisión sin notificarlo primero al Congreso.
Por otro lado, los antiguos compañeros de Bergdahl también generaron controversia al acusar al soldado de haber desertado cuando fue capturado por los talibanes. El secretario de Defensa, Chuck Hagel, anunció una investigación sobre la desaparición de Bergdahl y su cautiverio.
Durante su cautiverio, Bergdahl escribió según el diario online «The Daily Beast» una carta en la que intenta explicar por qué abandonó su puesto en Afganistán en 2009. «La dirección era deficiente, o inexistente. Las condiciones eran malas y parecían empeorar para los hombres que ponían en juego su vida en los ataques», citó el medio la carta que el soldado dirigió a sus padres en marzo de 2013.
La carta, escrita a mano, es una de las dos misivas que envió a sus padres estando secuestrado.
Asimismo, en la carta pide al gobierno estadounidense no condenarlo de antemano. «En caso de que esta carta logre llegar a Estados Unidos, díganle a aquellos involucrados en la investigación que la situación tiene varias caras». El joven, de ahora 28 años, añadió: «Por favor díganle a (Washington) D.C. que reúnan todas las pruebas».