Lidera el Movimiento de Afectados por la suspensión de operaciones del Banco de Comercio. Detrás de él hay ocho mil personas que perdieron su dinero en una estafa que desde hace siete años investiga el Ministerio Público, y que a la fecha solo consiguió la condena de un exbanquero.


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De ser empresario, Raúl Maldonado se convirtió en investigador y casi experto en cuestiones sobre el sistema bancario. Pero mientras el tiempo pasa, envejece junto a las víctimas que aún reclaman justicia.
La Hora: ¿Cómo recuerda el día previo al 12 de enero del 2007, cuando se anunció la suspensión del cierre de operaciones del Banco de Comercio?
Raúl Maldonado: Yo no tenía ningún conocimiento acerca de cómo funcionaba el sistema bancario nacional. Yo miraba esas empresas como entidades que se dedicaban a percibir fondos de particulares y del Gobierno. Yo lo miraba como un instrumento para poder hacer negocios.
No sabía cómo funcionaban, cómo era el papel del Banco de Guatemala, de la Junta Monetaria, no tenía un conocimiento amplio. Yo confiaba en el sistema al cien por ciento. No dudaba.
Pero me enteré el día 12 de enero del 2007 a las 5 de la mañana cuando fui a recoger el periódico y en la primera plana decía: Junta Monetaria suspende Banco de Comercio.
LH: ¿Cuál fue su impresión cuando leyó eso?¿Qué pasó por su mente?
RM: Mi primera impresión fue de susto y de sorpresa. Me asusté porque instantáneamente me di cuenta de lo que se venía. Yo sabía que tenía una cantidad de dinero ahorrado y que me podría servir para cuando llegara a una edad más adulta. Definitivamente me asusté en ese momento. Tenía 43 años.
Mi esposa había trabajado en el Banco y le comenté. Pero estaba asustando porque no sabía lo que estaba pasando. ¿Cómo era posible que un banco se vinera abajo? Otra cosa es que no hubo algo que lo pusiera a uno en alerta.
Había visto a la gente de Bancafé salir llorando en la televisión. Lo vi y dudé del Banco de Comercio, pero como salió Willy Zapata y María Antonieta de Bonilla en la televisión, haciendo el llamado de que no había que tener miedo y que todo estaba bien en el sistema, yo confié en lo que ellos dijeron y me calmé.
Luego con la falta de efectivo también me alteré un poco, pero como fui al Banco de Comercio a cambiar unos cheques y me dieron el dinero, me generó más confianza.
LH: ¿Qué pasó después?
RM: Esperé. Realmente uno no puede partir con la primera noticia. Hay que esperar a ver qué dicen las autoridades, ver qué sucede y cómo se van desarrollando los hechos.
El banco fue suspendido el 12 de enero, pero ya el 18 de ese mes se dieron unas publicaciones en la prensa donde decían que el Certificado de Custodia de Inversiones en Valores no iba a ser pagado porque decía que nosotros habíamos sido estafados por el Banco de Comercio.
Ese documento lo entregaba el banco cuando uno habría su cuenta o la renovaba. Era como una garantía.
En ese momento ya me alerté más. Del 12 al 18 de enero de ese año ya había pasado seis días y noches difíciles. Salí a buscar el Banco y me encontré con una manifestación y desde allí empezó mi lucha. Después de eso llegué al Congreso y empecé a llamar gente, a decirle que había que hacer esto por nuestros hijos. Había que luchar.
LH: ¿Cómo empezó esa organización de afectados?
RM: Empecé a organizarlos porque me daba cuenta que la gente también estaba igual que yo, que no conocía mucho. Porque la gente en sí es muy miedosa, y no quiere hacer nada.
Yo empezaba e insistía en que había que hacerlo por nuestros hijos, para que vean que tenemos vergüenza y no nos dejamos robar por quienes sí tienen dinero. Yo no tenía nietos, pero veía que mucha gente era de la tercera edad. También les decía que yo sabía que había influencia por parte de gente del gobierno.
Me di cuenta que mucha gente había influido e insistido en que los activos del Banco de Comercio pasaran a los del Banco Industrial. Entonces fuimos ese 18 de enero al Congreso y después a la Superintendencia de Bancos y mucha gente abogó y gritaba que me dejaran entrar.
Gritaban: ¡El de la camisa roja! ¡El de la camisa roja! ¡Déjenlo entrar! Ese día yo tenía puesta una camisa roja. Entonces ya entré a hablar con la gente de la Superintendencia de Bancos y les preguntaba que qué había pasado, que por qué había que suspender el banco, que qué habíamos hecho nosotros, y las autoridades nos decían que no podían hacer nada porque no eran policías para llegar a los escritorios a revisar qué tenían allí, y que sencillamente solo recibían los estados financieros del banco para publicarlos.
Yo en ese tiempo no sabía muchas cosas, como ahora, que me he ido empapando, revisando las leyes, metiéndome a la computadora, revisando papelería; pero ahora ya sé que eso no era así, que ellos no tenían la razón.
Sí tenían harta obligación de controlar el banco porque lo que sucedió fue que debilitaron el sistema de supervisión bancaria.
LH: ¿Cómo fue ese debilitamiento?
RM: Aquí hay varios actores y cada uno de ellos juega un papel de influencia y poder. Por ejemplo, antes había 35 bancos y ahorita ya solo quedan 18. El sistema bancario se tenía que ir consolidando y se dieron en ese tiempo ciertas situaciones.
Por ejemplo, Willy Zapata, entonces Superintendente de Bancos, ordenó retirar de las instituciones a los oficiales de cumplimiento de las instituciones bancarias y ese fue un error garrafal porque eran los verificadores de que se estuviera cumpliendo las leyes en el sistema bancario.
Viendo todo desde el punto de vista de los afectados y agraviados, el debilitamiento de la supervisión de los bancos es muy grave porque las autoridades afectan nuestro dinero.
A mí me dolió mucho la forma en que las autoridades nos trataron. Me dolió mucho ver cómo Willy Zapata, María Antonieta de Bonilla y Mariano Rayo nos trataban de ignorantes, de tontos, de codiciosos. Ellos, prácticamente, trataban la forma de dar una imagen de que nosotros éramos los responsables de haber sido estafados, porque sabían que nuestro dinero se lo habían llevado a Panamá, porque metimos nuestro dinero en una offshore.
Yo creo que ni el cinco por ciento de la población a nivel nacional sabe hablar inglés, menos que entiendan qué es una offshore. Me dolía también que los medios de comunicación les dieran más espacio a los funcionarios públicos y hacían más valedero lo que ellos decían.
LH: ¿Ante eso, cómo empezaron a avanzar las investigaciones del caso?
RM: Por el Ministerio Público también fuimos marginados durante más de cinco años. Desde el 2012 que yo hablé con el fiscal Rony López, desde esa fecha el Ministerio Público ha ido cubriendo su deuda con nosotros. Don Rony sí nos dijo “mire, Raúl, ayúdenos a luchar contra esto, unámonos. Levantemos el caso, ustedes y nosotros podemos”. Antes de eso no había nada.
Ahí fue donde yo ya empecé a investigar más, a trabajar con el Ministerio Público y de esas investigaciones encontré el expediente 9464-2005, donde estaba toda la investigación que había hecho la Superintendencia de Bancos con respecto a la empresa Organizadora de Comercio.
También encontré el dictamen DJ-165 donde los abogados le dicen a Willy Zapata que desista de estar investigando, porque la Superintendencia no es quien tiene que hacerlo sino que el Ministerio Público.
En ese expediente también encontré el memorándum 574-2004 de fecha 1 de julio del 2004, en el que alguien pone una denuncia en la Superintendencia de Bancos y dice que se está cometiendo el delito de intermediación financiera.
LH: ¿Desde entonces, cuáles son los avances reales en la investigación y el proceso penal?
RM: Le voy a ser sincero, yo creo que el Ministerio Público aun con las grandes deficiencias, porque yo he tenido que poner de mi dinero para poner papel y leitz (archivadores de documentos), he trabajado para ellos, trabajé más de seis mil declaraciones, he investigado.
Creo que desde el año 2007 hasta enero del año 2012 no habíamos tenido ningún avance en la investigación. Un día yo hablé con don Rony, y fui a la Unidad contra el Robo de Bancos, y me pegué una decepcionada. Sólo tenían un auxiliar y un auditor y tenían 500 casos allí parados.
Ahorita hay cuatro auditores y unos ocho auxiliares y las investigaciones están avanzando. Ya hay capturas por el caso del Banco de la República y por el Banco de Comercio no hay ninguna excepción. Se ha trabajado porque las investigaciones tienen que ir bien fundamentadas.
Se está tratando de conexar todos los casos en el Juzgado Primero A de Mayor Riesgo, donde es procesado Jorge Sactic Estrada. También el Tribunal Sexto de Sentencia ordenó que fuera investigado Zapata, De Bonilla, las empresas vinculadas a la estafa y a los empleados del Banco de Comercio.
El caso necesita ayuda, pero el 15 por ciento de los afectados no sabe leer ni escribir, es difícil. Este caso ha sido una lucha desbalanceada, desigual. Willy Zapata ha presentado doce amparos y a él le pagan los abogados. Nosotros no tenemos nada.
LH: ¿Cuáles son las expectativas que tienen luego de dos años de ardua investigación y al enfrentarse a una persona con capacidad económica para interponer doce amparos?
RM: Mi expectativa es que nosotros vamos a recuperar hasta el último centavo que metimos en ese banco. Estoy completamente seguro que este caso lo vamos a llevar a juicio, lo vamos a ganar y que vamos a recuperar nuestro dinero.
Estoy seguro de que vamos a ganar, pero de que es difícil, es difícil. Yo ya me di cuenta de eso desde hace años, pero mi expectativa es que la gente no siga muriendo antes de que llegue la justicia. Que ya pare de estar viviendo esta situación.
No tenemos la culpa de esto, tienen que saberlo, eso no es así. Yo le dije a la gente que me apoye, que vengamos a apoyar a los fiscales, que no los dejemos solos, que Ángel Saúl Sánchez –fiscal del caso Bancafé– y Rony López son gente valiente que arriesgan su vida, su trabajo y familia por nosotros. Tenemos que seguir.
LH: ¿De resolverse este caso cuál cree que sería el principal mensaje para las exautoridades de las entidades cuestionadas, como la Junta Monetaria y la Superintendencia de Bancos?
RM: Que nadie está arriba de la Ley. Que los funcionarios públicos tienen que entregar cuentas de las decisiones que toman y que ya es hora que los funcionarios del sector público empiecen a entregar cuentas por las decisiones que toman, porque no se puede jugar con el patrimonio de los demás.
Y por último, que la gente tiene que darse cuenta de que todo se puede hacer unidos. Yo sé que hay gente que perdió dinero en el Banco de Comercio que está en su casa sin hacer nada y eso siempre vamos a encontrar, pero esto debe servir para entender que por muy difícil que parezca un caso, si uno se empeña se puede alcanzar justicia.
LH: Por cuántas personas hace todas las gestiones para que se resuelva el caso
RM: Según mis datos hay ocho mil personas afectadas, principalmente de diez departamentos de la República y la capital. El monto que se estima fue estafado asciende a los Q1 mil 800 millones.
Por el caso de Banco de Comercio, el Ministerio Público giró órdenes de captura en contra de Jorge Ibarra Rivera Iglesias, Claudia Robles Morales, Carlos Enrique Lowenthal Arceyuz, María Bertha Mireya Fuentes Putzeys y Carlos Enrique Abularach Zablah, quien falleció en octubre del 2012. La Fiscalía tiene sospechas de que estas personas no han salido del país.
WILLY ZAPATA
Willy Zapata, fue superintendente de Bancos entre el período del 2004-2008. Además fue presidente del Banco de Guatemala desde julio de 1993 a julio de 1997; también fue vicepresidente de esa entidad, durante el año 1993. En su contra el Ministerio Público cuenta con alrededor de 6 mil folios de investigación y la declaración de 7 mil víctimas.
El Ministerio Público lo ha llamado en más de cinco ocasiones para que rinda primera declaración por estar vinculado en el caso de la estafa a clientes del Banco de Comercio (Bancomer).
Por medio de acciones judiciales incluso se le ha hecho saber que de no presentarse a declarar podría ser declarado en rebeldía; sin embargo, a través de amparos el exfuncionario ha logrado evitar ser indagado por un juez.
De acuerdo con Raúl Maldonado, Zapata tiene responsabilidades en la estafa del Banco de Comercio porque según el cargo que ostentaba cuando se dieron los hechos, el ex Superintendente de Bancos tenía la obligación de presentar una denuncia por los actos anómalos de los que tuviera conocimiento dentro de cualquier entidad bancaria.
El jefe de la Fiscalía contra el Crimen Organizado, Rony López, señaló que incluso se analiza acusar a Zapata de obstrucción a la justicia, ya que durante siete años ha presentado doce amparos para evitar enfrentarse a un juzgado.
MARÍA ANTONIETA DE BONILLA
El Tribunal Sexto de Sentencia Penal, al dictar la primera y hasta la fecha única condena por la estafa a miles de cuentahabientes del Banco de Comercio, ordenó que el Ministerio Público investigue a María Antonieta de Bonilla, expresidenta del Banco de Guatemala.
Esto porque la mayoría de cuentahabientes afectados que declararon durante el juicio contra Roberto Segovia Olivotto los acusaron directamente.