Ni siquiera al infortunadamente notorio Willy Zapata se le ocurrió publicar su fotografía en la publicidad del Banco de Guatemala cuando ejerció la presidencia de esa institución, mucho menos, entre otros, los probos, austeros y circunspectos Carlos H. Alpírez Pérez y Federico Linares Martínez, porque ninguno de las dos ambicionaron tal posición sino que hicieron carrera en el Banguat, fueron propuestos por el sector financiero y llamados a desempeñar la presidencia de ese ente y de la Junta Monetaria por los gobernantes de turno, habiendo renunciado oportunamente para cumplir funciones relevantes en la banca privada.
Desde que me dedico a la comunicación social, hace ya más de 50 años, no recuerdo que alguien que fue designado para presidir la banca central y la Junta Monetaria haya demostrado obsesión alguna por ser nombrado para un nuevo período inmediatamente después de haber concluido o estar por finalizar el asignado, incluyendo a los economistas Lizardo Sosa, Edin Velásquez y María Antonieta de Bonilla, los más recientes.
Por haber trabajado en el Banguat durante las gestiones de Alpírez Pérez y Linares Martínez puedo dar fe que, incluso, rehuían la notoriedad mediática a fin de utilizarla para su provecho en el necesario contacto con los periodistas, puesto que sólo en casos imprescindibles, cuando se trataba de dar a conocer informaciones trascendentales de interés o internacional, concedían entrevistas o encabezaban conferencias a la prensa; pero jamás sus fotografías se adjuntaron a un anuncio del Banco de Guatemala por considerarlo innecesario, fatuo o de carácter ególatra.
Precisamente por ello es que me ha llamado la atención que durante recientes semanas se ha publicado publicidad del Banguat en medios impresos para dar a conocer asuntos que, desde mi perspectiva, no merecen que en esos desplegados de prensa pagados aparezca la fotografía del economista Edgar Barquín, especialmente cuando visita alguna población departamental.
Su período lo inició el 1 de octubre de 2010 y finaliza el mismo día y mes próximos, porque el presidente Pérez respetó ese ciclo cuando asumió el poder, de manera que corresponde al mandatario decidir si lo designa para una nueva etapa de 4 años o nombra a otro, lo que significa que no es un cargo elegido por voto popular como para que el señor Barquín anime, también, la campaña electoral anticipada.
¿A quién quiere impresionar?
(El empleado del Banguat Romualdo Tishudo me confía: –Mi jefe me respeta mucho. Me dice, por ejemplo, “oiga, usted idiota”. Siempre me trata de “usted”)