Peligran muchas viviendas al crecer unos ríos


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La urbe capitalina tiene muchos problemas en varios lugares inadecuados donde la gente pobre construye cualquier vivienda.

Muchas de esas viviendas han sido erigidas sin la cimentación necesaria y, además, en los bordes o hacia el fondo de los barrancos.

Marco Tulio Trejo


No bien habían caído en el actual invierno los fuertes aguaceros, cuando la peligrosidad puso en riesgo de rodar los habitáculos hacia las correntadas de los ríos.

    Entre los ríos de mayor riesgo de ocasionar deslaves donde existen las frágiles viviendas de millares de familias serpentean en el lugar conocido como Las Vacas, en Villa Nueva, San Miguel Petapa y Vista Hermosa.

    La capital ha crecido y sigue creciendo desordenadamente. Partes de ella se han ido de cabeza, por así decirlo, en las fauces de los abismos, donde en cualquier infortunado momento, en las grandes tormentas, o bien durante los temporales, pueden producirse deslaves que minen, dejen en las orillas de los barrancos y, por desgracia, arrastren en los turbiones las modestas casas de habitación.

    La Conred ha estado atendiendo en lo posible los casos de emergencia que viven las numerosas familias de los mencionados lugares tan peligrosos, pero ha dicho esa entidad que urge el aumento del presupuesto que tiene asignado para hacer frente a la situación que se presente.

       Ya se sabe que el presupuesto nacional ha llegado alrededor de 70 mil millones de quetzales. Es un sube y sube cada vez más… ¡Da la idea de convertirse en un volcán como el de Fuego!

    Es incesante la invasión de gente hacia la capital. La azuzan y motivan aviesa y demagógicamente los líderes de la politiquería, incluidos los que pretenden antipatrióticamente  eslabonar al país en la cadena de unos gobiernos del sur que desde la Cuba comunista de los Castro están dirigiendo con intenciones de extender la telaraña…

    Debe estudiarse lo que está ocurriendo lamentablemente contra innúmeras familias pobres cuya vida transcurre riesgosamente en los barrancos de esta metrópoli.

     Se ha afirmado que los larguiruchos que poseen viviendas de normal habitabilidad en diferentes zonas de la capital, han hecho casas en los abismos de referencia para alquilarlas y así medrar entre  la pobrería. Habría que investigar lo que ocurre para resolver lo pertinente.
    
    En los preceptos de una nueva Constitución convendría contemplar la posibilidad de evitar la emigración del resto de los departamentos hacia la capital, pero de modo inteligente y justo;  por ejemplo, descentralizando a nivel nacional la industria y el comercio, no a lo soviético como lo ha hecho el castrismo en Cuba.

     ¿Qué opinarán al respecto los políticos? Decimos políticos, no politiqueros. ¡No debe dejarse para un futuro lejano, sino cercano, ese problemón!