Memoria y justicia universal


factor-mendez

Nos quieren imponer la amnesia colectiva, obligar a olvidar el pasado; someter como débiles corderitos, silenciar y negar la búsqueda de la verdad. Nos quieren dóciles, callados y vencidos.

Factor Méndez Doninelli


Esta semana se llevó a cabo el foro: “Memoria, Genocidio e Intelicidio”, organizado por la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de San Carlos de Guatemala, tuvo como panelistas a Marcial Matín Xagil, sobreviviente de las masacres cometidas por el Ejército en los años 80 y representante de la Asociación Justicia y Reconciliación AJR, junto con los académicos Mario Roberto Morales y Carlos Figueroa Ibarra. La moderación del foro, estuvo a cargo del Maestro Marcio Palacios Aragón, actual Director de esa Unidad Académica.

Matín Xagil, presentó un desgarrador testimonio de los hechos que presenció cuando el Ejército ocupó su aldea “Estancia de la Virgen”; la narración del testigo con expresión de mucho dolor, fue similar a las escuchadas en el 2013, durante el desarrollo del juicio por genocidio.

Mario Roberto Morales, definió el concepto de intelicidio y la relación de éste con la memoria y el genocidio cometido en Guatemala. A partir de revelar la estrategia del capitalismo neoliberal transnacional, advirtió que el intelicidio es de aplicación global. Cuestionó al sistema educativo, las modernas modalidades pedagógicas y la sustitución de la cultura letrada (lectura de libros) por el uso de los medios electrónicos que, según señaló, condenan a las nuevas generaciones a abandonar el hábito por el estudio y la lectura, envolviendo a las personas en el consumismo irracional, el entretenimiento, la distracción y los usos banales.

Figueroa Ibarra, se refirió al genocidio y la memoria, recordando que pese a las atrocidades y violaciones a los Derechos Humanos cometidas en el país, la situación de Guatemala es poco conocida en el exterior. Rescató el trabajo de los intelectuales guatemaltecos de los años 70, quienes mediante expresiones artísticas y culturales se enfrentaban a la dictadura militar contrainsurgente, recordó las obras de teatro de Manuel José Arce “Delito, condena y ejecución de una Gallina”, de Hugo Carrillo “El corazón del Espantapájaros”, de Manuel Galich “El tren amarillo” y comparó esa época con las presentaciones teatrales de actualidad, arrinconadas al género del “boudeville”, la comedia y las banalidades. Es decir, el abandono de la conciencia crítica y cuestionadora.
 
Sin duda, estamos librando una batalla ideológica, ahora porque un grupo de pobres y mentecatos diablos, nos conminan a ocultar el pasado, quieren amordazar la libertad de expresión,  condicionar a los operadores y administradores de justicia, quieren mantener la impunidad e imponer métodos fascistas, quieren hacernos perder la memoria, la cultura y la identidad, quieren perpetuarse y asumir el control total del poder público.

Se resisten a aceptar que se juzgue a los violadores de Derechos Humanos, están fascinados con la idea de debilitar el Estado de Derecho, pisotear los principios, los valores de la democracia y la observancia del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Esos están con los pelos de punta, porque la Justicia Universal está demostrando que cuando se trata de crímenes de lesa humanidad y delitos de Derechos Humanos, imprescriptibles en el tiempo y en el espacio, los criminales y victimarios pueden ser juzgados en cualquier momento y lugar, lo demuestra el juicio contra Edwin Sperisen, exdirector de la Policía Nacional Civil quien espera sentencia en Suiza.

La lectura es, si domina la impunidad en el sistema de justicia guatemalteco, la Justicia Universal los puede alcanzar y juzgar.