Cuando llegan a nuestras manos aquellas informaciones que nos ilustran de los avances tecnológicos, de la elevación del Producto Interno Bruto, como del progreso y desarrollo en los países orientales del orbe terrestre, no podemos más que pensar que todo ello es consecuencia de haber establecido desde hace muchos años una clara y bien definida política pública para ampliar y mejorar la calidad educativa de su gente pero, cuando vemos escenas, como las del lunes pasado en la televisión guatemalteca, que exhibieron el triste estado de los techos del Instituto Nacional Central para Varones de la novena avenida y novena calle, zona 1 y comprobar que era una completa coladera por las lluvias que azotaron el país, dan ganas de ponerse a llorar, porque ello representa pérdida de tiempo, daños y perjuicios para las autoridades, para el personal docente y no digamos para sus 250 alumnos.
fracaceres@lahora.com.gt
¿Cuándo va a ser posible entonces mejorar nuestra calidad educativa, si la Ministra de Educación ni siquiera ha empezado a resolver la falta de infraestructura, el mejoramiento y reparación de los edificios, no digamos el puntual y oportuno apoyo en cuanto al número adecuado de docentes, la refacción escolar, dotación de útiles, implementos y equipo? A todos consta que la actual ministra licenciada Cynthia del Águila, desde que empezó el actual gobierno el 14 de enero de 2012, ha recibido el total apoyo presidencial pero, ¿en dónde están los resultados?, ¿cómo es que han pasado dos años con cuatro meses y en lugar de ir para adelante seguimos de retroceso? Si bien es cierto el gobierno recibió en malas condiciones el desempeño de ese despacho, también lo es que durante todo ese tiempo no se han visto mejoras, progreso, mucho menos desarrollo.
Según informaciones de prensa se transfirieron en los dos últimos años Q100 millones al Ministerio de Comunicaciones para la construcción y reparación de escuelas y ¿adónde ha ido a parar todo ese pisto?, ¿en dónde están las auditorías y controles administrativos que nunca se realizan y si los hacen, da lo mismo porque nunca sirven de soluciones reales y efectivas? Me cuentan que otra vez la señora Ministra va a ser interpelada en el Congreso, para que nuestros diputados sepan qué está pasando y qué le ha impedido a cumplir con sus deberes y obligaciones. Pues eso me alegra mucho pero, ¿los ciudadanos de la calle, incluyendo a este aprendiz de escribiente, podremos tener alguna esperanza que se van a aplicar radicales y rápidas medidas que arreglen de una vez por todas a ese grande e inútil elefante blanco para lograr pronto el bien común de los guatemaltecos?