La minería precolombina en Guatemala mejoró las condiciones de vida de sus habitantes desde los puntos de vista suntuario, tecnológico y comercial. De allí esculpieron piedras para moler, estelas, hachas, cuchillos y puntas de flecha de obsidiana, etcétera. La minería es válida e indispensable para el buen desarrollo de la humanidad. La Biblia cita en Génesis 1:28 “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla…”
Sin embargo, en Guatemala se ha abusado de una manera despótica y arbitraria de la explotación de los recursos naturales y de sus comunidades. Eso no es sojuzgar la Tierra, eso es la utilización de la fuerza bruta de los ejércitos y de las armas en contra de las pacíficas e indefensas comunidades para saquear sus tierras, cual modernos Atilas, quien fue conocido como El azote de Dios.
El Diario La Hora, el 260514 publicó la nota de Manuel Rodríguez “PDH llama al diálogo por conflicto en “La Puya” y cito: “´Nada justifica que se ponga en riesgo la vida de niños, mujeres y hombres. El llamado es a que se agote el diálogo, a la seriedad y la responsabilidad de ambas partes… es un conflicto sumamente complicado´, expresó el Ombudsman.”
Y finaliza la nota: “Finalmente, al ser consultado el mandatario guatemalteco, señaló que los comunitarios han mantenido una posición muy radical en torno a las actividades extractivas y de generación de energía eléctrica en Guatemala, y que eso ha impedido en la mayoría de casos, la búsqueda de acuerdos.
En tanto, el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, agregó que durante dos años de resistencia ´pacifica´ de La Puya no se ha logrado avances en el diálogo y más bien ha reinado la anarquía en esta región.”
Las dos declaraciones de los funcionarios son dramáticas. ¿Sabrá el mandatario la razón que fundamenta el radicalismo de los comunitarios? ¿Habrá analizado las raíces e idiosincrasia de las poblaciones; su cultura; sus creencias; su cosmovisión; necesidades; el celo de la protección de su tierra y su entorno y el por qué? ¿Sabrá el mandatario qué hay detrás del impedimento de la búsqueda de acuerdos? ¿No habrá meditado que sus propios compromisos con sus financistas podrían ser los que impiden “la búsqueda de acuerdos?
El ministro de Gobernación, López, debería preguntarse por qué no se han logrado avances en el diálogo y quiénes han creado “el caos y la anarquía en la región”. Es cosa de sentido común: Con intimidación y provocación armada se crea el caos y la anarquía y se anula el diálogo, aquí y en la China.
El doctor Alejandro Toledo, expresidente del Perú expresó públicamente a Otto Pérez que, él siendo presidente del Perú, invirtió 600 horas de su tiempo para escuchar a los sectores sociales y a los sectores indígenas. Dijo: “Escuchémonos. Si no, no hay comunicación. Tenemos conceptos distintos.” También dijo: “¡Soy libre, gracias a la educación”
¿Cuántas horas habrá invertido Otto Pérez para escuchar y favorecer con sabiduría a los sectores indígenas y sociales? ¡Ese debería ser su trabajo!