CRECIMIENTO ECONÓMICO ES IMPREDECIBLE


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Algunos expertos economistas pretenden predecir, con asombrosa precisión cuantificadora, el crecimiento de la economía del mundo, o de una región del mundo, o de una nación, durante un determinado año. Hasta compiten por brindar la más precisa predicción, con cifras porcentuales ansiosas de intimidante exactitud en el orden de las fracciones decimales; por ejemplo, 3.1%. Hasta quieren exhibir un excesivo pudor predictivo; y entonces intentan impresionar con una exactitud en el orden de las fracciones centesimales; por ejemplo, predicen no ya un crecimiento económico de un tosco 3.1% sino uno de un fino 3.14%.

Luis Enrique Pérez


Las predicciones de esos expertos son tan inconfiables como las predicciones de los astrólogos. Empero, hay una diferencia: los expertos se obstinan, con absurda arrogancia, en predicciones que tengan suma precisión; y los astrólogos prefieren, con sospechosa humildad, que sus predicciones tengan suma ambigüedad. Los expertos se obstinan en la suma precisión porque sus predicciones no pueden ser confirmadas; y los astrólogos prefieren la suma ambigüedad, porque entonces cualquier suceso puede ser interpretado de modo tal que confirme la predicción.

Las predicciones de esos mismos expertos son inconfiables, no porque carecen de conocimiento económico suficiente sobre los sucesos económicos sino porque ese conocimiento es imposible.  Es decir, es imposible conocer, por ejemplo, la producción, el intercambio, el consumo, el ahorro, la inversión,  los costos y los beneficios, la oferta y la demanda, y finalmente los precios de los bienes y servicios, en cada hora futura, en cada día futuro, en cada semana futura, en cada mes futuro o en cada año futuro. También las predicciones de los astrólogos son inconfiables, no porque carecen de conocimiento atrológico suficiente sino porque ese conocimiento es imposible. Es decir, es imposible conocer, por ejemplo, a partir de las posiciones de los astros, el éxito o el fracaso de una actividad económica emprendida, y cuánto ganará el emprendedor si tiene éxito, y cuánto perderá si fracasa.

Es posible predecir con tolerable grado de verosimilitud cualificadora, y no cuantificadora, grandes tendencias de sucesos económicos. Para predecirlas no es necesario ser un experto poseedor de una esotérica sabiduría económica. Puede predecirse, por ejemplo, que un incremento de la cantidad de dinero mayor que la cantidad que demanda el mercado, depreciará el dinero. Empero, es imposible predecir, por ejemplo, con alguna sensata pretensión cuantificadora, cuatro efectos del dinero depreciado: primero, la proporción de depreciación; segundo, la alteración de la propensión a ahorrar, invertir, producir, intercambiar  y consumir; tercero, la variación de la oferta y demanda de cada clase de bienes y servicios; y la proporción de incremento del precio final de esos bienes y servicios.

Post scriptum. La predicción de tasas de crecimiento económico durante un determinado año, es charlatanería profética disimulada con cifras. Por supuesto, podemos creer en las predicciones de los expertos economistas tanto como podemos creer  en las predicciones de los astrólogos.