José Armando Llort Quiteño, expresidente del Crédito Hipotecario Nacional (CHN), declaró desde Nueva York, en el juicio contra Napoleón Rojas y Jacobo Salán Sánchez, exmiembros del equipo de seguridad de Alfonso Portillo, señalados por el desvío de Q30 millones del Ministerio de la Defensa.
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Ante el Tribunal Segundo de Sentencia Penal, por medio de vídeo conferencia, Llort Quiteño y posteriormente Salomón Molina Girón, ex subgerente financiero del CHN rindieron su declaración como testigos del Ministerio Público (MP).
En sus primeras palabras, Llort Quiteño afirmó que pese a “no tener ni los estudios ni los conocimientos” para ser presidente de un banco, llegó al CHN por el pago de un favor político, ya que colaboró con el financiamiento de la campaña electoral que llevó a Portillo a la presidencia.
Al referirse a Salán y a Rojas, el expresidente del CHN, dijo que los conocía y les temía porque “eran los brazos derechos y eran la gente más pesada del gobierno de Portillo”.
EMPRESAS DE CARTÓN
El exfuncionario confirmó la hipótesis del MP y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), sobre el traslado en efectivo al CHN de Q30 millones de los Q120 millones que fueron desviados del Ministerio de la Defensa, bajo secreto militar.
Aunque dijo que nunca vio el dinero, Llort Quiteño reconoció que creó empresas de cartón para depositar el monto millonario.
“Eran empresas de cartón que yo cree para hacer operaciones no legítimas, porque eran empresas que no tenían una función real, existían sin ningún fin”, acotó al Tribunal; más adelante indicó que entre dichas entidades figuraba Jalcafé, S.A., Granesa, Confía, Productores e Inversionistas y Unión Intercontinental.
“SE ACABARON MIS PROBLEMAS”
En el juicio también declaró por videoconferencia, Molina Girón y afirmó que Llort Quiteño le dijo con felicidad «se acabaron mis problemas, el presidente (Portillo) me prestó dinero».
Según declaró, quien fungió como presidente del CHN debía pagar sobregiros en la entidad bancaria. Molina, además confirmó que el traslado de los Q30 millones ocurrió los días 5, 6 y 9 de marzo del 2001.
Salán y Rojas habrían intimidado a Llort Quiteño para que le pagara el dinero a Portillo, y por ese motivo el ahora testigo abandonó el país.
NO IDONEO
La defensa de los procesados cuestionó la idoneidad de Llort Quiteño para declarar como testigo, ya que éste reconoció que tiene un proceso abierto en el Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos.