La líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, tuvo dificultades hoy al buscar el apoyo necesario para constituir un bloque en el Parlamento Europeo, a pesar de la victoria sin precedentes de la extrema derecha en las elecciones europeas de la semana pasada.
Le Pen obtuvo el apoyo inicial de representantes de los partidos derechistas PVV, de Holanda; FPO, de Austria; Liga Norte, de Italia; e Interés Flamenco, de Bélgica, pero para constituir un bloque en regla -lo cual le garantizaría más tiempo ante el micrófono y apoyo financiero- debe reunir a representantes de otros dos países.
Aunque los une la fobia a todo lo que huela a Unión Europea, los partidos ultraderechistas como el de Le Pen quieren tener voz en la legislatura europea para rechazar las políticas económicas e inmigratorias continentales o quejarse por la usurpación de la soberanía nacional.
«Trataremos de detener cualquier nuevo avance de la UE», dijo Le Pen.
Le falta el apoyo de dos partidos, y éste no está asegurado. El otro gran partido euroescéptico triunfador en las elecciones, el UKIP británico de Nigel Farage, ya pertenece a otro bloque y descarta una alianza con los franceses.
«Eso no va a suceder», dijo Farage a la prensa británica.
Pero Le Pen confía en hallar otros aliados.
«Vean las caras sonrientes frente a ustedes y comprendan que no estamos preocupados en lo más mínimo», dijo la dirigente a la prensa.
El partido de Le Pen ganó las elecciones del domingo y enviará el mayor contingente francés al parlamento con 24 legisladores, superando tanto al socialismo gobernante como el conservadurismo tradicional.
El Frente Nacional aboga por el desmantelamiento de la UE, y su triunfo remeció a toda Europa. Sus adversarios dijeron que protestarían frente al parlamento a la hora del encuentro de Le Pen con la prensa.