Un saludo protocolar que el papa Francisco envió a la presidenta Cristina Fernández fue motivo de un embrollo entre el gobierno argentino y el Vaticano, sin que se sepa hasta ahora públicamente qué lo originó.
La Nunciatura Apostólica en Buenos Aires y el gobierno afirmaron hoy que es auténtica la carta del papa a Fernández, que ayer había sido considerada falsa por el encargado de ceremonial del Vaticano.
El nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, dijo a periodistas que «nunca fue falsa» la misiva fechada el 15 de mayo en la que el Pontífice saluda a la mandataria con motivo de la celebración el 25 de mayo de un nuevo aniversario de la revolución que inició el proceso de independencia de Argentina en el siglo XIX.
Tscherrig atribuyó a «una confusión, que no viene de esta casa, de esta nunciatura» la polémica que se generó cuando el argentino Guillermo Karcher, jefe de Protocolo del Vaticano, afirmó ayer que el texto, divulgado por la Presidencia, era falso y considerara el hecho «de mala leche (mala intención)».
El mismo Karcher se desdijo a primera hora de hoy en radio Continental al señalar: «Hoy rectifico, lo hago con mucha honestidad. No es una carta, es un telegrama oficial, legítimo».
En tanto, el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, leyó a los periodistas una misiva que le envió a la mandataria el embajador argentino ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, en la que señaló que el Papa se había comunicado con él y le había manifestado «de manera oficial» que la «carta de augurios» dirigida a Fernández «es auténtica y se corresponde con los telegramas que suelen enviar a otras naciones cuando celebran sus fiestas patrias».
Cafiero afirmó que el Pontífice también le había encomendado que se comunicara con el gobierno «a fin de ratificar de manera terminante que la carta es auténtica y me reiteró su afectuoso saludo al país y la señora presidenta».
Además indicó que Francisco «se lamentó por los que sembraron dudas de la autenticidad de la carta y se manifestó molesto con algunos medios ‘que quisieron sacar agua de la tierra árida para generar conflictos»’.
En el texto que fue causa de los entredichos el pontífice señaló que reza a Dios para que los argentinos «encuentren caminos de convivencia pacífica, de diálogo constructivo y mutua colaboración, y crezca así por doquier la solidaridad, la concordia y la justicia
«No puedo explicar el malentendido», dijo el nuncio apostólico y pidió «no continuar con la pelea, porque no hay pelea» entre el gobierno y la Santa Sede.
Federico Lombardi, vocero del Vaticano, aclaró en tanto al diario La Nación que la carta enviada por Francisco es un mensaje protocolar «como de costumbre suele hacer la Secretaría de Estado a través de la Nunciatura de cada país».
Lombardi dijo haberse comunicado con la sección de lengua española de la Secretaría de Estado donde verificó el texto y confirmó su autenticidad.
La víspera algunos medios indicaron que el incidente podría generar un nuevo contrapunto entre el gobierno y la Iglesia Católica días después de la difusión de un duro documento elaborado por los obispos del país en el que alertaron que Argentina está «enferma de violencia», lo que no le sentó bien a la presidenta.