¿Sentencia justa o injusta?


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El jueves 22 de mayo de 2014 pasará a la historia de los guatemaltecos como un día de triste recordación, como un día de injusticia por cuanto el juez Robert Patterson de la Corte Federal de Nueva York, en Estados Unidos, emitió una sentencia penal condenando por 70 meses de cárcel al presidente más querido y respetado de la época democrática de Guatemala, Alfonso Portillo Cabrera.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


El fundamento para dicha sentencia fue que Alfonso Portillo aceptó haber recibido en diferentes cheques, a su nombre, US$2.5 millones provenientes del gobierno de Taiwán, cheques que obviamente no puede demostrarse tenían un destino de donación distinto por ser nominativos, el beneficiario era el titular a nombre de quien se habían emitido esos documentos.

Argumentar que los mismos fueron entregados con el motivo de que se mantuviesen relaciones diplomáticas con dicho país es improbable, especialmente si se analiza que donaciones provenientes de Taiwán se han otorgado a muchas personas individuales y jurídicas, así como a gobiernos en América.

La sentencia evidencia el poder que se utilizó para sancionar al presidente Alfonso Portillo, a quien los guatemaltecos le reconocen haber presidido el gobierno que más ha hecho por la población en los últimos 30 años, al haber controlado la canasta básica, aumentado los salarios mínimos y prestaciones, y no haberse subordinado a ninguna parte de la supercúpula económica del país.

Si efectuamos una comparación con quienes han fundado bancos que han sido intervenidos por el abuso y apropiación de los depósitos y cuentas de miles de miles de guatemaltecos, comprobaremos la enorme diferencia. Ejemplos son fáciles de encontrar, el más evidente es el Banco Empresarial fundado por conocidos expresidentes y exmiembros de las juntas directivas de la Cámara de Industria, de la de Comercio, incluyendo representantes de CACIF en la Junta Monetaria.

Cuando se observa la nómina de los socios gestores y/o fundadores y se inquiere quién de ellos estuvo detenido por la apropiación de Q530 millones en dicho banco (cifra que es 50 veces mayor que los cheques de Taiwán) encontraremos que prácticamente ninguno estuvo detenido, mucho menos ha sido condenado penal o civilmente. Por el contrario, lo más que hicieron algunos de ellos fue irse del país por un tiempo a Estados Unidos, a España y actualmente son directivos en Fundesa, del Club Industrial, de la Asociación de Amigos del País, continúan aparentando ser grandes y bien intencionados e inmaculados dirigentes empresariales.

Así es la cosa, por ello es tan cuestionable el proceso y la sentencia con la cual se pretendió destruir a Alfonso Portillo y perjudicar a miembros de su familia. En todo caso, para la mayoría de guatemaltecos, Alfonso debería de haber quedado libre de inmediato y si no lo está es por haber defendido y gobernado a favor de la mayoría del pueblo. A Dios gracias el tiempo que falta para que regrese a Guatemala es muy poco y a su retorno será recibido como el líder político de mayor importancia en este momento.

¡Guatemala es primero!