Ucrania: Mueren 13 en puesto de control militar


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Tres días antes de las elecciones presidenciales en Ucrania, insurgentes prorrusos atacaron hoy un retén militar en el este de Ucrania, mataron a 13 soldados e hirieron a otros 33 en la incursión más mortífera en semanas de enfrentamientos, informó el primer ministro interino.

Por IVAN SEKRETAREV y PETER LEONARD, BLAHODATNE, Agencia AP

Un grupo rebelde que se atribuyó la responsabilidad por el ataque dijo que uno de los suyos murió en la acción.

Periodistas de AP vieron 11 cadáveres diseminados en torno de un retén cerca de la aldea de Blahodatne, en las afueras de Volkovaja, 30 kilómetros al sur de la importante ciudad de Donetsk. Un médico y otros testigos dijeron que 33 soldados ucranianos resultaron heridos, algunos de gravedad. Todos eran atendidos en instalaciones médicas cercanas.

El primer ministro interino Arseniy Yatsenyuk, en declaraciones televisadas, culpó a Rusia por apoyar a los rebeldes en las regiones de Donetsk y Luhansk, que se declararon independientes del gobierno en Kiev. Pidió una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU.

En el lugar quedaron tres vehículos de infantería blindados a los que les habían volado las torretas, así como varios camiones incendiados. Un helicóptero militar aterrizó en el lugar y varios funcionarios de gobierno lo inspeccionaron.

Vecinos dijeron que los atacantes usaron un camión blindado de transporte de caudales, que los soldados ucranianos dejaron pasar, y los acribillaron a quemarropa. No hubo confirmación independiente de esta versión.

En la población de Horlivka, un comandante rebelde se atribuyó la responsabilidad del ataque y exhibió armas ucranianas capturadas.

«Destruimos un retén del ejército fascista ucraniano emplazado en la tierra de la República de Donetsk», dijo el comandante, que llevaba la cara cubierta por un pasamontaña y se identificó por su seudónimo «Bes», demonio en ruso.

«Las armas que ustedes ven aquí fueron tomadas de los muertos, son trofeos», dijo, exhibiendo fusiles automáticos y de francotirador, lanzagranadas y chalecos antibalas en el patio del cuartel de policía de Horlivka.

«Gente que vive en el oeste de Ucrania: piensen en a dónde envían a sus hermanos, padres e hijos, y por qué han de pasar por esto», dijo el comandante.

La matanza del jueves proyectó una sombra sobre la elección presidencial del próximo domingo, que los separatistas del este han jurado impedir. Las autoridades en Kiev consideran que los comicios ayudarán a distender la situación y estabilizar el país. Con todo, han reconocido que será imposible realizar la votación en algunas zonas del este donde funcionarios electorales y votantes enfrentan actos de intimidación e incluso amenazas de muerte por parte de los rebeldes.

Muchos en el este rechazan el gobierno de Kiev, que asumió el poder después del derrocamiento de un presidente prorruso en febrero tras meses de protestas, y al que consideran un régimen nacionalista empeñado en reprimir la población rusoparlante.

Pero muchos en el este también están furiosos con los rebeldes, a quienes culpan por colocar a la población civil entre fuegos cruzados.