Me siento en el suelo con mis alumnos. Están atentos esperando que inicie la clase para explicar un concepto del contenido. Se sorprenden cuando saco de una bolsa, un montón de piezas de madera, de diferentes tamaños, formas y colores. La pregunta, sin decir más, es ¿Qué se puede hacer con estas piezas? (tarea individual). No hay mucho movimiento, están mirándose unos a otros, pero no pueden hablar con un compañero. Poco a poquito, se ve que algunos de los alumnos empiezan a probar diferentes cosas con las piezas.
Para explicarlo en pocas palabras, al fin de un período prudencial, se observa que cada alumno pudo lograr hacer algo diferente para cumplir con la pregunta. Ahora viene la parte interesante, cada quien tiene que explicar al compañero a su lado, lo que hizo y qué significa.
Luego de la segunda instrucción, se les instruye en que, en grupos de tres, respondan a la misma pregunta ¿Qué se puede hacer con esas piezas? Ya no pasa mucho tiempo entre el momento de dada la instrucción al que los alumnos inicien un intercambio verbal entre ellos. Ahora sí se pueden comunicar. Es sorprendente ver lo que pueden hacer juntos.
Este es un ejercicio de creatividad. Hay quienes dicen que es para niños pequeños. Exactamente lo mismo puede hacerse con maestros en una reunión de profesionalización continua. Como son adultos, se espera una creatividad más amplia y rica, tal vez más profunda, debido a sus propias experiencias. Esto se llama expectativas.
Lo mismo puede hacerse con los alumnos utilizando una pita de un metro de largo. La pregunta y las instrucciones pueden ser más complicadas para ser ejecutadas.
Un tercer nivel puede tener como material, seis pelotas de “ping-pong”. ¿Qué piensan ustedes? ¿Cómo se pueden usar? ¿Para qué? ¿Con qué utilidad para otras personas? Valen las mismas instrucciones, primero individualmente, explicarlo, luego en pequeños grupos, explicarlo. La imaginación, parte de la creatividad, se expresa y fluye en forma increíble.
El cuarto nivel puede utilizarse un avión de juguete (uno), los alumnos lo miran y tienen que visualizar qué pueden hacer con ese avión, para qué sirve, qué modificaciones habría que hacerle para solucionar un problema actual específico o para que tales modificaciones puedan crear algo nuevo para satisfacer una demanda del futuro. Eso es también creatividad.
Los cuatro niveles están escalonados; cada uno presentando mayores dificultades. Cada nivel tiene retos nuevos. Los alumnos solucionan esos retos y están en disposición de asumir otros “riesgos” para lograr más retos cada vez más complicados. ¿Cómo llegó el joven Luis von Ahn a Duolingo?
Ahora viene la creatividad del maestro. ¿Cómo utilizar lo anterior como motivación para incorporar el contenido en esas reuniones de creatividad? Mediten un momento, piensen en las opciones disponibles para cada materia o integrándolas, en cada grado.
Las empresas demandan creatividad. Diseñen sus propios ejercicios, desarrollen la creatividad.