Es reconocido de forma universal que la discriminación es repudiable, es una violación a los derechos humanos, a la igualdad, a la convivencia, a la libertad y a la paz.
Realizar discriminación o distinción, exclusión o restricción basada en el origen étnico, de sexo, de edad, de talla, discapacidad, condición social o económica, condición de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones o preferencias sexuales, estado civil, opiniones políticas o cualquier otra que tengan por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad de la persona, es un delito.
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En la sociedad guatemalteca hay personas o grupos que se consideran élites y en base a ese criterio pretenden impedir el libre acceso a la educación, a la participación social mediante la creación de establecimientos educativos o club donde se pretende impedir la igualdad. Ello debe ser rechazado, más importante aún, debe ser denunciado por quien tome conocimiento de un hecho de esa naturaleza, considerando que la comisión de un delito es obligación denunciarlo a las autoridades competentes.
La Constitución de la República en su invocación en nombre de Dios establece la igualdad. El artículo 5to, como parte de los derechos humanos, se titula “Libertad e igualdad”, indicando: “En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos”.
En un derecho de aclaración, la Liga Pro Patria, refiriéndose a la Fiscal General menciona que el artículo 202 (bis) del Código Penal dice: “Discriminación. Se entenderá como discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de género, raza, etnia, idioma, edad, religión, situación económica, enfermedad, discapacidad, estado civil, o en cualesquiera otro motivo, razón o circunstancia, que impidiese o dificultare a una persona, grupo de personas o asociaciones el ejercicio de un derecho…”
De forma similar, una reconocida revista semanal titula en portada “Vecinos de San Juan La Laguna rechazan a un grupo de judíos ortodoxos que llegó al pueblo…”.
Como tercer ejemplo, el alcalde de Quetzaltenango ha sido señalado de discriminación por Aura Estela Cotí, madre de Dayana Cotí, investida Pequeña Flor del Pueblo 2012-2013, quien señala que su hija fue víctima de discriminación por parte del funcionario al no permitir que la niña ingresara al Teatro Municipal cuando iba a entregar el cargo a su sucesora.
Durante mi vida he sido dirigente estudiantil, por 20 años dirigente empresarial y por 20 años funcionario electo, diputado y vicepresidente de la República; siempre he rechazado cualquier discriminación de cualquier naturaleza, provenga de la izquierda o de la derecha, de las élites económicas, políticas o sociales, por cuanto la igualdad entre los seres humanos es un derecho natural y un derecho positivo por lo que invito a todos los guatemaltecos a rechazar la discriminación y a denunciar ese delito y así lograr un estado de Derecho y un respeto al prójimo.
¡Guatemala es primero!