“En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos”
(Art. 4, primer párrafo de la Constitución Política de la República de Guatemala).
– Dedicado a mis lectores –
El tema de la educación paulatinamente, ha ido quedando en el olvido, pues el mal de nuestra sociedad está inmerso en la violencia que continúa indiscriminadamente.
Si bien es cierto, se han hecho esfuerzos por mejorar la formación intelectual de los estudiantes, no lo es todo, pues algunos sectores de nuestra población vienen confundiendo instrucción con educación y lo más grave se confunde cualquier tendencia social con lo que se califica como “Cultura”.
Pero, lo anterior se viene malinterpretando y, se ha mezclado la simple instrucción con la educación y cultura que el pueblo de Guatemala debiera poseer con dos Premios Nobel.
En ese sentido, urge revisar algunos programas de estudio que contemplaban la educación cívica, educación física y la educación musical. Ello, porque dichos estudios han pasado a un segundo lugar e irresponsablemente se ha debilitado todo lo relativo a la propia formación humana, léase reglas de urbanidad y cortesía, patriotismo que entraña amor a lo nacional a los símbolos patrios y a los valores intelectuales del país.
Lo anteriormente escrito se comprueba, porque salvo excepciones, el amor a lo extranjero prevalece más que el cariño que los buenos ciudadanos debieran tener por su patria, en educación física, porque no puede prevalecer sólo el balompié, que por moda se practica en el país, y la educación musical, porque la mayoría de personas desconocen la clasificación de la música que no es sólo la populachera, sino moderna y clásica ¿verdad?
Innumerables sectores se quejan de la falta de seguridad y del aumento de las pandillas juveniles; sin embargo, no analizan el fondo de los mensajes que se nos quieren ofrecer, así: malos tratos en los trabajos y escuelas discriminaciones, falta de empleo, ignorancia general que conlleva la falta de interés por la lectura y la investigación científica que obviamente repercutirá en los estudiantes cuando logren entrar a las universidades que funcionan en el país.
Las autoridades académicas, los directores de escuelas públicas y privadas, y demás centros deberían poner más atención en estos problemas, pues el progreso de un país no sólo se mide por su economía, sino por su educación.
En consecuencia, lo último de estos males es la ridícula copia de las denominadas “porras bravas” de otros países, se ha perdido el respeto por nuestros propios valores y, en este caso, las estrellas del deporte. Esas actitudes maléficas contaminan a los futuros deportistas y nuevas generaciones.
El deporte debe ser “limpio” y precisamente por ello existe un Comité Olímpico”. Quien escribe, por ejemplo, formó parte de la primera Comisión Olímpica Ambiental (Año de 1995), practicamos en el colegio deporte, y otras actividades deportivas en el Palacio de los Deportes, Secretario del Comité Ejecutivo de la Federación de Boxeo Amateur y Padrino del Tercer Campeonato Nacional de Boxeo Amateur (Salamá, Baja Verapaz, 1983).
Entonces: ¿Por qué no han masificado el deporte nacional? Obras son amores y no buenas razones.
Finalmente, si se quisiera ayudar a los guatemaltecos, tirios y troyanos, ya deberían haberlo demostrado con fuentes de trabajo para evitar las migraciones, crear más centros deportivos, y tener presente que para grandes males grandes remedios, y, demostrarlo si es que en verdad queremos a nuestro país.