La belleza de los cuadros de William Turner y el horror del integrismo islámico en Mali compartieron hoy las pantallas del Festival de Cannes, que abría la competición oficial con «Mr. Turner», del británico Mike Leigh, y «Timbuktu», del mauritano Abderrahmane Sissako.
Leigh convenció con su aproximación a los últimos años de la vida de uno de los pintores más importantes del Romanticismo de la mano de Timothy Spall, un actor que habitualmente colabora con el realizador pero en trabajos más corales y en esta ocasión ofrece un recital interpretativo encarnando a un artista austero, poco sociable pero tierno.
Era un hombre «misterioso», explicó Spall, que leyó varias biografías del pintor y hace tres años, cuando supo que lo encarnaría, comenzó a tomar clases de pintura.
«La mayoría de genios son extraños. Tienen conflictos consigo mismos, a veces son sociópatas, a veces agradables. Era de la clase trabajadora pero tenía un alma increíble y poética», agregó el actor, que ya desde hoy figura como uno de los firmes candidatos alzarse con el premio a la mejor interpretación por cómo ha ido dotando de matices la composición de su personaje.
Leigh (de 71 años), un especialista en retratar conflictos emocionales en diferentes épocas de la sociedad británica, también se adentra en la compleja personalidad de Turner, un hombre obsesionado con el trabajo, que sufrió de niño por la enajenación mental de su madre, mantuvo la distancia con sus hijas y tan sólo desarrolló una relación plena con una mujer sencilla que conoció hacia el final de su vida.
«Turner (1775-1851) fue un gran artista y uno de los mejores pintores de todos los tiempos, radical y revolucionario», concluyó Leigh, quien ya se alzó con la Palma de Oro con «Secrets & Lies» (1996), en la que también participaba Spall, a quien los fans de Harry Potter conocen como Peter Pettigrew.
Turner, conocido por sus óleos sobre las tormentas en el mar, así como los espléndidos amaneceres y atardeceres en Venecia o sus paisajes, fue un maestro de la luz y «precursor de los impresionistas, del arte del siglo XX», pero también un personaje «imperfecto» que desarrolló un trabajo extraordinario, agregó el cineasta, quien junto con el director de fotografía Dick Pope se empapó de la obra del pintor que cuelga en la Tate Gallery de Londres.
Pope comentó que se inspiró en la «paleta de colores» del artista para crear hermosos planos que recrean los paisajes del pintor. Su labor ha sido aplaudida así como el conjunto de la película.
También fue recibida con aplausos el drama «Timbuktu», del mauritano Aderrahmane Sissako, que se centra en el sufrimiento de la población del norte de Mali por el integrismo islámico.
«Esta película nos toca. Habla de la infelicidad que nos puede llegar a todos en cualquier momento, como cuando los yihadistas» van a Mali.
Sissako (52 años), conocido como uno de los grandes del cine africano, quiso llevar esta historia a la gran pantalla después de que le causase una gran indignación que en 2012 una pareja con dos hijos fuese lapidada en el norte de Mali por no estar casada y los medios no se hiciesen eco de esa barbaridad.
«Timbuktu» narra la historia de un tuareg que vive en el desierto y mata accidentalmente a un pescador. Los yihadistas que controlan la zona deciden condenarlo a muerte siguiendo la Sharia (ley islámica). Además, prohíben a la población fumar, cantar, bailar o escuchar música y obligan a las mujeres a cubrirse por completo y a las que se rebelan las fustigan con latigazos u otros castigos.
«Cuando toda una población se ve afectada nos es más indiferente y eso es una vergüenza», agregó el director, que hablando de las atrocidades que cometen los yihadistas se emocionó y no pudo contener las lágrimas. «La gente allí vive (el horror) a diario», dijo el realizador, que fue a la mítica ciudad maliense de Tombuktú para recoger testimonios que ha ido incorporando a la cinta.
Sissako hace más digerible el drama con algunos momentos de humor, como cuando muestra a un grupo de muchachos que juegan al fútbol con una pelota imaginaria.
La guerra estará presente en el certamen, tanto fuera como dentro de la competición, en la que el francés Michel Hazanavicius se acercará al conflicto checheno con «The Search» y el británico Ken Loach al conflicto irlandés con «Jimmy’s Hall».