Hollywood vuelve a Cuba con cinta sobre Hemingway


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Los rebeldes de Fidel Castro se empiezan a concentrar frente al Palacio de Gobierno en La Habana mientras soldados leales a Fulgencio Batista les disparan desde arriba. Muy cerca de allí, Ernest Hemingway y un periodista amigo se refugian detrás de un auto estacionado.

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Por PETER ORSI LA HABANA / Agencia AP

Un equipo internacional de cineastas ha estado reviviendo estas y otras escenas históricas en las calles de La Habana para «Papa», una película biográfica sobre la amistad entre Hemingway y el periodista en los agitados años 50 en Cuba.
Es un proyecto que lleva años y cuyos productores describen como la primera cinta con un director y actores de Hollywood que se filma en la isla desde la revolución de 1959.

Como consecuencia de las malas relaciones que tienen los dos países desde entonces y el embargo comercial impuesto por Estados Unidos hace 52 años, otras películas que transcurren en Cuba, incluidas «El Padrino II» y «La Habana», fueron filmadas en sitios como la República Dominicana.

«Para mí era vital hacerla en Cuba, donde sucedió todo lo que está en el guion, donde está la finca en que vivió (Hemingway), donde estaban su bote y todos los sitios, desde el castillo del Morro hasta Cojimar, donde pescaba», expresó el director de la cinta Bob Yari. «Todo está aquí. Tratar de duplicarlas en otro lado no era nada atractivo».

La filmación empezó en marzo y concluyó durante el fin de semana. Es una producción canadiense-cubano-estadounidense, con apoyo logístico del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, sobre todo con los sitios de rodaje.

«Papa» pudo ser filmada en Cuba porque el Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió una licencia eliminando la mayoría de las restricciones del embargo que hubieran impedido el proyecto. Los cineastas dijeron que se les fijó un límite para el dinero que podían gastar, pero no revelaron cuál fue ese tope ni hablaron del presupuesto total de la cinta.

La película es considerada un documental, ya que hace un relato de primera mano de eventos reales que ocurrieron en la isla. Por ello, no es previsible que cualquier proyecto de Hollywood pueda conseguir los mismos permisos en el futuro.

El título alude al apodo del premio Nobel de Literatura, pero la cinta se basa en un guion autobiográfico de Denne Bart Petitclerc, interpretado por Giovanni Ribisi (estuvo en «Avatar» y «Saving Private Ryan»). El veterano actor de cine y teatro Adrian Sparks protagoniza a Hemingway.

Petitclerc, quien fue abandonado por su padre de niño, disfrutaba mucho de las novelas de Hemingway y llegó a verlo como una figura paterna.

Cuando trabajaba en el Miami Herald a fines de los 50, Petitclerc le escribió una carta a Hemingway en el que le expresaba su admiración. No pensaba enviársela, pero su novia la encontró y la despachó.

Un sábado reciente, un salón de lectura de la Universidad de La Habana fue el escenario donde se filmaron escenas que transcurrían en la sala de redacción del Herald. Extras cubanos lucían corbatas angostas y zapatos de cuero suave, faldas largas y anteojos de concha. Se escuchaba el tecleo de viejas máquinas de escribir.

La escena revive el momento en que Petitclerc, a quien le dicen «Ed» en la película, recibe una llamada que al principio cree que es una broma.

«Buena carta, muchacho», le dice Hemingway. «¿Te gusta pescar?».

Poco después Ed está en un bote con su ídolo y los dos entablan una amistad que durará hasta el suicidio de Hemingway en 1961.

El equipo de filmación tuvo acceso a algunos de los sitios más emblemáticos de La Habana, incluido el antiguo Palacio de Gobierno, que hace tiempo pasó a ser un museo de la revolución de Castro.

En el majestuoso Gran Teatro de La Habana, que está siendo restaurado, un suntuoso salón fue convertido en el bar del hotel Ambos Mundos donde se alojaba Hemingway con frecuencia. En la escena que transcurre allí, el mafioso Santo Trafficante (James Remar, de «Django Unchained» y «Dexter») le informa a Ed que el director del FBI J. Edgar Hoover tiene a Hemingway en la mira.

Los productores consiguieron incluso algo que jamás nadie había recibido: permiso para filmar adentro de la antigua residencia del escritor, la Finca Vigía, a la que no tienen acceso los turistas, que se deben conformar con mirar por las ventanas.

Sparks, quien hizo de Hemingway en una pieza teatral desde el 2005, confesó que siente una especie de conexión espiritual con el escritor y dijo que fue una experiencia mágica interpretarlo en la tierra que tanto quiso.

«Poder hacer una escena en la que (Hemingway) sufre porque no puede escribir nada, parado exactamente donde estuvo parado él, frente a su máquina de escribir… No fue actuar, fue como canalizar su espíritu», dijo Sparks. «Fue como permitir que él se exprese a través de mi persona».

Hubo algunos momentos frustrantes.

En un país en el que mucha gente busca emigrar ilegalmente por mar, conseguir una embarcación requiere la aprobación del gobierno. Un día hubo que demorar la filmación en el agua porque la lista de personas autorizadas a participar en la escena estaba incompleta.

El restringido y poco confiable servicio de internet de la isla hizo que se volviese a la vieja práctica de tirar por debajo de las puertas de las habitaciones del hotel los informes con los planes para el día siguiente, en lugar de usar el correo electrónico.

Buena parte del equipo usado tuvo que ser traído del exterior para garantizar una producción de alta calidad.

La recompensa fue la oportunidad de filmar en una ciudad que en muchos sentidos permanece anclada en los años 50, con automóviles estadounidenses clásicos que siguen funcionando y que fueron usados para recrear el ambiente de la época. «Fue algo caótico. Todos los días un drama nuevo», comentó la actriz inglesa Joely Richardson («Nip/Tuck,» »The Girl With the Dragon Tattoo»), que interpreta a la cuarta esposa de Hemingway. «Una locura. Pero, ¿sabes algo? Fue una de mis mejores experiencias. Algo fantástico».

Petitclerc tuvo una larga carrera como periodista y escritor de libros y guiones para la televisión y el cine, incluido el de «Islands in the Stream», basada en la novela de Hemingway del mismo nombre. Falleció en el 2006.

Hemingway vivió en Cuba desde 1939 hasta 1960 y escribió allí buena parte de «El viejo y el mar», así como otros libros. Los isleños lo admiran tanto como los estadounidenses.

El cariño por Hemingway es una de las pocas cosas en las que coinciden las dos naciones. Cuba y Estados Unidos han cooperado muchas veces para preservar sus escritos y sus pertenencias, por lo que no extraña que la primera película de Hollywood que se filma en la Cuba post-revolucionaria sea sobre él.

«Hemingway fue probablemente el estadounidense más prominente que se radicó en Cuba y creo que los cubanos de hoy lo siguen queriendo y admirando», manifestó Yari («Crash», «The Illusionist»). «Esperemos que esta cinta se sume a las cosas que ayudan a acortar la brecha entre las culturas y los dos pueblos».