Unos 1.700 trabajadores de automotrices argentinas fueron suspendidos en los últimos días por una paralización de la producción debido a la caída de las ventas en el mercado interno y a Brasil desde principios de año.
La automotriz Peugeot-Citroën Argentina suprimió uno de los dos turnos de producción y suspendió a mil operarios por tiempo indeterminado en la planta de Villa Bosch, localidad a unos 11 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
La medida se puso en marcha «para adecuar el stock de producción por la caída (en las ventas) de los cuatro primeros meses» y en la semana podría reverse, indicó a medios de prensa la empresa, que se comprometió a pagar 65 % de los salarios de los operarios suspendidos.
En tanto, la fábrica de camiones Iveco, subsidiaria de Fiat, suspendió desde el miércoles de nuevo y por seis días a unos 700 trabajadores en su planta de la localidad de Ferreira, cerca de la ciudad de Córdoba, 700 kilómetros al oeste de Buenos Aires, denunció el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor. En la segunda quincena de abril ya había habido suspensiones.
Los sindicatos y analistas económicos atribuyeron la situación a la caída en las ventas en el mercado interno y a Brasil, principal destino de las exportaciones del sector.
Juan Belén, dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, dijo a periodistas que las ventas domésticas bajaron «pero en Brasil mermaron mucho más» y que el sindicato intentará acordar con Peugeot-Citroën que se levanten las suspensiones.
En tanto, sindicalistas indicaron que la situación en planta de la empresa General Motors en Alvear, provincia de Santa Fe, es difícil como consecuencia de la caída de la producción. El 79% de lo que se fabrica allí va a Brasil.
Dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica dijeron estar expectantes a su vez con el resultado de las negociaciones entre Argentina y Brasil para renovar el acuerdo automotriz bilateral y evitar que la crisis en el sector empeore. Otras automotrices suspendieron a trabajadores a principios de año.