Pese a que el gobierno de Kabul decretó oficialmente el cese de los trabajos de rescate en la zona afectada el viernes por un corrimiento de tierras en el noreste de Afganistán, los supervivientes siguieron hoy buscando entre los escombros a sus seres queridos.
«La gente daría cualquier cosa por volver a ver a sus seres queridos», contó el líder tribal Abdul Yan, en conversación telefónica dede el lugar de la catástrofe en la provincia de Badakhshan. «Por eso siguen buscando en pequeños grupos», señaló. Sin embargo hoy no se conocieron nuevas informaciones sobre el rescate.
Más de 300 cadáveres fueron recuperados y otras 2.000 personas continúan desaparecidas y se dan por muertas. El gobierno suspendió la búsqueda el sábado alegando que no había más esperanza de encontrar supervivientes. Más de 700 familias han perdido sus casas.
Mientras tanto, la ayuda a los supervivientes del alud del lodo que el viernes sepultó 300 viviendas del pueblo de Ab-e-Barik, avanza con lentitud: los afectados criticaron la actuación de las autoridades.
«Dicen que han suministrado suficiente material para las víctimas, pero la gente dice que no basta», señaló Yan. «Tres días después de la catástrofe la gente sigue esperando alimentos, medicinas y ropa de abrigo, mientras viven a la intemperie».
La agencia de protección civil NDMA dijo que la aglomeración de los supervivientes y también la visita de políticos a la zona dificulta el reparto de la ayuda, proporcionada por el gobierno, organizaciones internacionales, políticos y empresarios.
Mohammad Asef, que trabaja para la NDMA dijo hoy que 300 tiendas de campaña y 130 toneladas de alimentos llegaron de Kabul y Masar-i-Sharif a la provincia.