Zapatero, diez años después: De La Moncloa a las medias maratones


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Lo primero que mete en la maleta cuando viaja son las zapatillas de correr. A José Luis Rodríguez Zapatero se le ilumina la cara cuando habla de su pasión por ese deporte, al que dedica más tiempo desde que dejó la Presidencia del gobierno español, hace ya cerca de dos años y medio.

Por Sara Barderas (dpa) MADRID / Agencia dpa

«He corrido en Pittsburgh, en Beijing, en Nueva York, en Washington, en Damasco, en Addis Abeba, en Seúl…». Zapatero sonríe orgulloso mientras enumera los lugares del mundo en los que ha quemado suelas. «Tengo ganas de hacer una carrera en Berlín. Siempre que he estado allí ha hecho bastante frío».

   El expresidente del gobierno español habla con dpa en su despacho de los momentos en los que se pone las mallas y la camiseta.

   Es un corredor matutino, aunque esté en el otro extremo del mundo. «Es una manera de ver las ciudades cuando me gusta verlas, que es al amanecer. Tomas el pulso del país en el que estás».

   Camino de los 54 años, el expresidente no es uno de esos runners que trotan ahora por las calles y los parques de España al calor de una moda saludable. «He corrido toda mi vida», reivindica, aunque los dos primeros años en La Moncloa, ante la intensidad que requería el cargo, lo dejó de lado. «Hasta que dije ‘esto no puede ser’ y recuperé lo que me gusta tanto».

   Correr le ayudó en momentos duros al frente del gobierno español, cuando hubo noches de insomnio ante difíciles decisiones frente a la crisis económica y ante la llegada de los datos de un trepidante desempleo. «Procuraba sobreponerme y reaccionar haciendo ejercicio».

   Desde que dejó La Moncloa prepara y corre medias maratones por el mundo. Acaban de cumplirse diez años de su primera toma de posesión como jefe del gobierno español, el 17 de abril de 2004, con la que se inauguró un mandato en el que tomó decisiones como la retirada de las tropas de Irak, la aprobación del matrimonio gay o el proceso de diálogo con ETA.

   Camino de cumplirse dos años y medio desde que dejó La Moncloa tras un segundo mandato marcado por la crisis económica y su gestión frente a ella, a Zapatero se le ve relajado, recuperado del rictus ausente que se hizo fuerte en su rostro en los últimos tiempos al frente del gobierno de España.

   No echa nada de menos de los casi ocho años en La Moncloa y disfruta del «afán del tiempo recuperado» leyendo y escribiendo. Tras «El Dilema», su libro de memorias sobre el último año y medio como presidente del gobierno, ahora está escribiendo sobre «algunas de las leyes» que aprobó durante sus gobiernos.

   «Nunca entendí a las personas que dicen que se crea un vacío porque el teléfono suena poco. Más bien se llena la vida con la enorme experiencia que supone haber estado al mando de un país».

   Su luminoso despacho, acogedor y moderno, no está muy lejos de la sede central del Partido Socialista (PSOE), que él lideró durante 12 años y que este sábado va a rendirle homenaje por el décimo aniversario de su llegada al poder.

   En ese cuarto le brilla la mirada cuando se le señala la foto de Sonsoles, Laura y Alba que tiene junto a la puerta que comunica con sus dos secretarias. Las tres caras juntas, madre e hijas, en un primerísimo plano dominado por los ojos azulísimos de todas.

   «Fue una idea mía». Cuenta que cuando las dos adolescentes eran niñas, viajaban junto a su madre en la parte de atrás del automóvil que él conducía. «Lo que veía por el retrovisor eran esos seis ojos azules». Y quiso una foto parecida.

   Zapatero pensó inicialmente en volver a León con la familia cuando pasó el testigo del gobierno de España a Mariano Rajoy, pero al final se quedó a vivir en Madrid. Es miembro nato del Consejo de Estado y, al contrario que Felipe González y José María Aznar, a los que sus cargos en consejos de administración empresariales les impiden legalmente estar en él, Zapatero sí ejerce allí como expresidente.

   Se reinvindica en ese papel: «Tuve 11 millones de votos dos veces, en 2004 y 2008. Siempre me sentiré en deuda con mi país y siempre pondré por encima los intereses de mi país». Asegura no tener «ni un ápice de añoranza ni de rencor» tras tantos años en la primera fila de la política.

   «Cuando fui presidente me hubiera gustado tener una mejor relación con Aznar, a ver si ahora se puede producir», dice.

   No es su único deseo para el futuro. Con ETA en su final, querría una buena relación con las asociaciones de víctimas que criticaron el proceso de diálogo que en 2006 abrió con la organización separatista. «Confío en que mi relación con ellas pueda reconstituirse y podamos compartir algo tan importante como que la democracia ha ganado».

A FONDO

El socialista José Luis Rodríguez Zapatero ocupó la presidencia del gobierno de España durante casi ocho años, dos mandatos que discurrieron entre abril de 2004 y diciembre de 2011.

El Partido Socialista (PSOE), que lideraba desde el año 2000, ganó las elecciones generales de 2004, celebradas tres días después de los atentados islamistas del 11 de marzo en Madrid.

Zapatero asumió la presidencia del gobierno el 17 de abril de ese año y un día después anunció su primera decisión como jefe del Ejecutivo: la retirada de las tropas españolas que su antecesor, el conservador José María Aznar, había enviado a Irak pese a la oposición de casi el 90 por ciento de los españoles.

Su primer mandato como presidente del gobierno estuvo marcado por decisiones y leyes de gran repercusión social, como el matrimonio homosexual -con derecho a adopción-, la ley contra la violencia de género o la ley de dependencia, que dio ayudas públicas a las personas dependientes y sus familias y benefició a un millón de ciudadanos.

En ese mandato también abrió un fallido proceso de diálogo con ETA que generó gran crispación política en España. El grupo armado anunciaría años después el cese definitivo del terrorismo, en octubre de 2011.

El PSOE repitió victoria electoral en 2008, cuando Zapatero aún se negaba a pronunciar la palabra crisis.

Ese segundo mandato estuvo marcado por el continuo empeoramiento de la situación económica y el trepidante aumento del desempleo. El líder socialista anunció en mayo de 2010 los primeros recortes frente a la crisis económica.

Su gestión en ella le valió el rechazo de una parte de la izquierda y precipitó a su partido en la peor crisis de su historia.

En 20 de noviembre de 2011, el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy ganó las elecciones generales, unos comicios en los que el PSOE perdió cuatro millones de votos y registró el peor resultado jamás obtenido.

Zapatero había decidido no optar a un tercer mandato y su candidato fue Alfredo Pérez Rubalcaba, el actual secretario general de la formación.

A sus 53 años (cumplirá 54 el 4 de agosto), Zapatero se dedica ahora a su labor en el Consejo de Estado, en el que como ex presidente del gobierno es miembro nato. Es el único ex jefe del Ejecutivo que ocupa ese puesto.

Sus dos antecesores inmediatos, Aznar y el socialista Felipe González, que son los únicos vivos, no pueden hacerlo por incompatibilidades: son miembros de consejos de administración empresariales.