El efecto cangrejo ocurre cuando se camina hacia atrás, es sinónimo de retroceso, es un acto contrario a avanzar. En Guatemala según el último informe del Banco Mundial BM (2013-2014) basado en indicadores sociales, concluye que el país muestra una regresión en materia de reducción de la pobreza, en otras palabras, las políticas sociales que los gobernantes impulsan en la práctica, no han logrado superar las exiguas condiciones de vida de más de la mitad del total de la población, que vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
En tal situación, es obvio que Guatemala sufre el efecto cangrejo y por tanto, no podrá cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), entre los que destaca el asunto de reducir la pobreza. Según estudios del BM, entre el 2000 y 2006 el país redujo la pobreza del 56% al 51%. Sin embargo, de conformidad con datos del Gobierno guatemalteco, la pobreza aumentó a 53.7% en el 2011. Este contraste en sentido negativo, demuestra que el flagelo del efecto cangrejo está sucediendo en el país.
Guatemala es la economía más grande de Centroamérica, sin embargo, sobresale en Latinoamérica como un país que arrastra elevados niveles de desigualdad, mostrando un alto índice de pobreza, más notoria entre las poblaciones indígenas del área rural donde en el 44% de los municipios 8 de cada 10 personas son pobres, según los resultados obtenidos en el Mapa de Pobreza Rural 2011. En este mapa puede verse que los departamentos de Alta Verapaz, Sololá, Totonicapán y Suchitepéquez, son los que presentan la mayor incidencia de pobreza rural en el país.
El Informe Global de Desarrollo Humano 2013 de la ONU, sostiene que en Guatemala la pobreza a nivel nacional asciende al 51%, mientras que el 14.5% de la población, se encuentra en pobreza extrema.
Señala el informe del BM, Guatemala posee los índices de desnutrición crónica y de mortalidad materno-infantil más altos de la región, lo que en términos de Desarrollo Humano coloca al país en la posición 133 de 187 Naciones sometidas a examen.
Como país de la región centroamericana, Guatemala ocupa el último lugar en Índice de Desarrollo Humano IDH. En parte, esta situación se explica por el escaso porcentaje del PIB dedicado a atender las demandas y necesidades sociales, por ejemplo, en materia de salud el gasto público representa apenas el 2.5% del PIB.
Los efectos sociales de la pobreza son devastadores para cualquier sociedad, puesto que paralizan la dialéctica de la dinámica social y por supuesto, incrementan el peso de la carga social, todo lo cual, repercute en el bienestar del conjunto de la sociedad.
La pobreza no es más que el reflejo de la falta de oportunidades para la gente, en Guatemala esto es más notable por los rasgos racistas, excluyentes y discriminatorios que caracterizan la construcción histórica de esta sociedad, además por el modelo neoliberal implantado. A las élites oligarcas y sus lacayos militares, políticos y empresarios poco importa esta situación, así lo demuestra la historia nacional de más de 500 años.
La pobreza también es resultado de la corrupción existente. Las redes de corruptela que se tejen desde las estructuras de poder, hacen que gobernantes, clase política y algunos empresarios, se presten a actos corruptos para saquear el presupuesto de la Nación en detrimento de los programas sociales, la gobernabilidad y la construcción de ciudadanía en democracia. La corrupción viola los derechos humanos y aumenta la pobreza social.P.S. Monseñor JUAN GERARDI CONEDERA. Ejecutado extrajudicialmente hace 16 años, esbirros al servicio de intereses perversos de militares violadores de Derechos Humanos son los responsables.