Descomposición fronteriza


Miguel-Saquimux-2012

Para todos los que hemos vivido algún tipo de experiencia, en los pasos fronterizos en distintas partes del mundo, sabemos que estos no son los lugares más idóneos para practicar las normas que rigen la ética. Existen mil maneras de realizar malas prácticas, y varias de las personas que tienen un contacto directo con estos lugares a diario, cometen acciones indeseables.

Miguel Saquimux Contreras


El contrabando de mercancías es apenas la punta del iceberg, de todo lo que puede ser objeto de negocio ilícito en estos lugares, dado que, entre otras situaciones, la migración de personas, el paso de objetos más complicados de trasladar -como lo puede ser un vehículo-, servir como ruta de escape para individuos con problemas con la justicia local, constituyen parte de los focos de corrupción. Sin embargo, tratar de culpar de todos los males a las aduanas o pasos migratorios, es un error, porque, para nada es un secreto que nuestras líneas fronterizas son porosas, y que los pasos ciegos son contados por cientos, siendo esto una debilidad a la hora de intentar imponer orden en todo lo que rodea a este medio.

    El otro extremo de esta situación, es el expuesto en el popular dicho liberal que afirma que “la mejor aduana es la que no existe”, que dicho sea de paso, tampoco es la salida para evitar estos males que afectan a la sociedad. Es decir, que, aunque se llegara a ese nivel de liberalización de la economía, las malas prácticas prevalecerían, solamente que cambiarían de esfera y se trasladarían a otras instituciones de Gobierno.    

    Podría seguirse debatiendo acerca de cómo implantar mayores controles en estas zonas, o tal vez si es adecuado ampliar el marco de normativas, a lo que ya está comprobado que creada la norma y también ideada la trampa. Entonces, las anteriores medidas sólo son unos pequeños paliativos para los efectos que genera la descomposición social, porque, estas son inútiles para atacar las profundas causas que componen estos males.

    Particularmente opino que, la corrupción es un mal que se origina en la formación que el ser humano recibe desde su hogar, dado que, después de esa educación recibida es poco o nada lo que se puede hacer para revertir la situación. Por otra parte, no debe olvidarse que no existe corrupto sin corruptor, y muchas veces, aquellos los que con mayor dureza critican estos males, son los mismos que alimentan este sistema, al contribuir con el aporte de incentivos para corromper cualquier institución de Gobierno.

    No cabe duda que si deseamos que la situación mejore, se deben hacer cambios profundos a lo interno de la sociedad, pero acompañado de transformaciones netamente técnicas, en donde, deben eliminarse las barreras de la burocracia que acarrean los odiosos trámites, clásicos en un país como Guatemala. En conclusión, entre más prácticas y simples sean las disposiciones, en todo lo relacionado a trámites que se ejecutan en los pasos fronterizos, menor será la capacidad de maniobra que se le otorgará a la corrupción.