Una semana para la reflexión


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La Semana Santa debería ser un período para la reflexión y no de celebración, como equivocadamente piensan algunas personas. De reflexión, siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, cuya pasión, muerte y resurrección se conmemora en estos días. Seguramente esas enseñanzas nos podrán guiar para enderezar el camino, sentando las bases de una sociedad diferente en donde pueda imperar la justicia social, y en general el respeto a los derechos humanos.

Félix Loarca Guzmán


Desdichadamente,  nuestro país se sigue desangrando por los altos niveles de violencia y criminalidad, que literalmente nos tienen atrapados.  El pasado lunes escuchamos un programa radial  de teléfono abierto, y la demanda generalizada al gobierno fue la urgencia de adoptar medidas adecuadas para garantizar la protección a la población.

En 1994 tuvimos oportunidad de leer un interesante análisis en la Revista Hombres de Maíz, una publicación de Desarrollo Humano editada en Costa Rica,  cuya preocupación central era el enfoque sobre los problemas de delincuencia que ya empezaban a crecer en la región centroamericana.

El artículo señalaba entre otras cosas, los despojos a los transeúntes en medio de las aglomeraciones, de anillos, dinero, cadenas, relojes y cualquier objeto de valor. En ese tiempo no estaban de moda  como ahora, los asaltos para el robo de celulares que en muchos hogares han dejado  una estela trágica de huérfanos, dolor y luto.  

A veinte años de la  citada publicación,  los indicadores de inseguridad se han agravado,  al grado que un reciente informe de Naciones Unidas, revela que Centroamérica es una de las regiones de mayor violencia en el mundo.

Coincidimos con el artículo en referencia, sobre que después del costo de la vida y el desempleo, la “violencia y el crimen” aparecen de inmediato entre los tres principales problemas que nos tienen en vilo a los centroamericanos y que la ola de delincuencia agobia a ciudadanos, desvela a gobiernos, pone nerviosos a empresarios y tiene a miles de personas durmiendo con un ojo abierto.

En la actualidad existen muchos estudios, sobre que entre las causas que conducen al incremento de la delincuencia, sobresalen aspectos sociales y económicos, la pobreza, el pasado de violencia, el narcotráfico y el deterioro de valores morales.