Había una vez un país que se llamaba G MALA, hay disculpen ustedes este teclado no funciona bien. Pues en ese país había muchos jóvenes, o no sé si había muchos, porque los mataban. Un día, dos jovencitas iban a estudiar a un instituto en el centro cuando unos hombres vestidos de naranja, ¡ah, no!, no llevaban chaleco, no sé porque se me vino ese color a la mente. Entonces unos hombres que tenían puestos cascos, se acercaron a ellas y les dieron de balazos.
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En ese país ese sonido no asusta, y no es porque se queman muchos cuetes, que también es cierto, sino, porque es normal que las balas retruenen de día y de noche y en todas partes, así que cuando pasa, dicen que la gente no más se persigna, la que lo hace pues, otros mejor se dan la vuelta, porque en ese país dicen también que el miedo no anda en burros, es más ahí los burros andan en carros blindados, pero esa es otra historia.
Pues las jovencitas cayeron ahí, de rodillas dicen algunos, yo no lo vi, no sé si es cierto, los de la moto se fueron bien tranquilos, porque en ese país, si uno mata, si uno roba, si uno gobierna, ese no es delito o sí, no sé, se me confunde lo de delincuentes con delito, las palabras… Pues no pasa nada, la gente hace, deshace, y no hace porque muchos trabajan mucho y no tienen nada y otros no hacen nada y se vuelven empresarios millonarios, pero bueno, la cosa es que los de la moto se fueron y a las jovencitas se las llevaron al hospital.
Dice el Otr o, hay de nuevo se me trabó el teclado, el Ott ro, que les dispararon porque andaban con las maras, yo no lo sé, porque no me consta, pero ahí, en ese país, la gente bien rápido sabe la vida de los demás, curioso verdad, porque pueden instantáneamente averiguar por qué les pasan las cosas a unos -a otros no se puede-, y así de rápido los Ot ros lo afirman y entonces, la culpa no es más que de la mamá o de las jovencitas, porque además en ese país hay mano dura, no sé qué es eso, la letra de una canción creo yo, y el ot r O que dice tener una cartera del Interior repite “si te vienen a contar cositas malas de mí… yo te aseguro que yo no fui..” y si él no fue, fue Te te, y así pasa con todo.
Una de las jovencitas se murió, la otra se quedó en el hospital y dicen que después ya nadie se acordó de ellas, porque al otro día, cerca del mercado de la zona 3, se oyeron unos balazos….
Este era un gato con los pies de trapo y la cabeza al revés, ¿quieres que te lo cuente otra vez?, se puede ehh.