El resurgimiento de las tendencias políticas


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La elección del nuevo Fiscal General ha activado el resurgimiento de los extremismos políticos que originaron la dolorosa guerra de los 35 años. La denominación de derechas o izquierdas, comunistas o anticomunistas que pensé habían desaparecido de la sangrienta historia de Guatemala empiezan apenas a colocarse de nuevo en peligrosos extremismos que a su vez pueden ser el caldo de cultivo para la nueva guerra.

Héctor Luna Troccoli


La llamada “izquierda” se había mantenido en el escenario político, debilitada, dividida, menguada, opacada por otros factores de grupos que más que nada son constructores de sus propios intereses económicos y grupos de un día para otro. Los poderes fácticos, particularmente el poderoso y aún imbatible “sector privado” se mantienen tranquilos pues tienen el poder del dinero para tener el gobierno no del pueblo, sino el de ellos sea “comunista” o “anticomunista”

Mientras la llamada izquierda se diluye sin dirigentes como Manuel Colom Argueta solo para poner un ejemplo, la “ultraderecha”, resurge con mayor fuerza y lo que es preocupante con mayor locura obsesiva como antes era representada por líderes como Mario Sandoval Alarcón, Lionel Sisniega Otero, Manuel Orellana Portillo y otros que tenían como único fin terminar con “el comunismo” costara lo que costara. Y para ese propósito contaban con el ejército y grupos paramilitares temibles como la Policía Judicial (Huevo Loco y Siete Litros), la MANO, la NOA, el CADEG, el ESA y otros grupos  clandestinos “anticomunistas”.

Estas agrupaciones, como en su tiempo lo hicieron los guerrilleros, surgen abiertamente como el Frente contra el Terrorismo cuyo dirigente requiere de urgente tratamiento psiquiátrico, la Avemilgua y “asociaciones” de militares jubilados o de baja apoyados, desde el fondo de su corazoncito por el otrora Comandante Tito y hoy Presidente del país.
 
Lo extraño de este caso es que también son elementos de apoyo a la “ultraderecha”, columnistas que destilan venenos, rabia, rencor, odio y deseos de venganza contra quienes en el pasado fueron sus enemigos y la mayoría de los cuales, que aún siguen vivos, se han convertido en burócratas de mediana y alta categoría.
 
Esta tormenta mediática que ya debía de ser enterrada (Rusia ya lo hizo, Cuba en ese camino) y prácticamente en el mundo, solamente China  Continental (con sistema económico capitalista) y Corea del Norte, pueden calificarse de “comunistas”.

Aquí, en el país del siempre jamás, la posible sustitución de Claudia Paz como fiscal general ha reavivado la matanza mental entre dos facciones que ya pasaron a la historia. Cambiar a Paz y Paz es sacrificar a una luchadora contra el crimen y la impunidad por obsoletos aspectos ideológicos neurótico-compulsivos. De todas formas, el Generalísimo decide.