Las autoridades del estado de Washington dicen que casi han abandonado las esperanzas de encontrar a sobrevivientes del deslave en al noreste de Seattle y mantienen la cifra oficial de muertos en 17.
El agotador proceso de localizar, extraer e identificar restos humanos de entre los inestables restos que cubren la comunidad de Oso ha retrasado la divulgación de información por parte de la oficina forense de Snohomish.
El director ejecutivo del condado de Snohomish Gary Haakenson reiteró la cifra el viernes, un día después de que las autoridades dijeron que el número aumentaría fuertemente.
Las autoridades habían reconocido antes que ubicaron al menos 25 cadáveres pero sólo han recuperado a 17.
Haakenson dijo que cree que las cuadrillas de rescatistas están encontrando más restos entre los escombros, pero que el proceso forense de extraer e identificar los restos es muy lento.
Agregó que las autoridades quieren mantener la esperanza de encontrar sobrevivientes, pero «en algún momento debemos considerar lo peor».
Noventa personas fueron reportadas como desaparecidas tras el deslave del sábado en Oso, pero a mediados de semana las esperanzas de hallarlos comenzaron a desvanecerse, ya que no habían entrado en contacto con familiares o amigos y nadie ha salido con vida del montón de lodo y restos.
«Siempre tratamos de mantener la esperanza pero creo que en algún momento tendremos que prepararnos para lo peor», dijo Haakenson.
Leslie Zylstra dijo que todos en el pueblo conocen a alguien que ha muerto y la localidad está comenzando a aceptar el hecho de que muchos de los desaparecidos quedarán sepultados entre los restos.
«La gente sabe que no hay forma de que alguien haya sobrevivido», dijo Zylstra, quien trabajaba en una ferretería en Arlington. «Todos quieren sacar a sus seres queridos para sepultarlos».
Haakenson describió por primera vez el proceso que siguen las cuadrillas de rescate. Cuando un cuerpo es ubicado se marca el lugar para que el helicóptero lo recoja.
No obstante, eso sólo sucede cuando el viento y la lluvia que ha sacudido a los a los helicópteros les permite volar. Después la víctima es colocada en un camión en una zona de recuperación.
Al final de día todas las víctimas son transportadas a la oficina forense, que se encuentra a unos 32 kilómetros (20 millas), en Everett.
«Se llevan a cabo las autopsias, se hace el proceso de identificación, cuando es posible», dijo Haakenson. «El procedimiento de identificación ha sido un gran desafío. Una vez que se identifica a alguien enviamos un capellán para que informe a la familia lo que hemos descubierto».
Además de la tensión que causó el desastre los residentes del pueblo se sienten crecientemente frustrados por la falta de información por parte de las autoridades, dijo Mary Schoenfeldt, una traumatóloga que ha dado asesoramiento psicológico en escuelas, a voluntarios y empleados públicos.
«La rabia y la frustración están comenzado a crecer», dijo.