La respuesta


Editorial_LH

Ha respondido la misión diplomática de Taiwán a la solicitud de explicar el soborno que fue aceptado por el expresidente Alfonso Portillo, no por ser el único al que le dieron sino por ser el único al que se juzgó, y es con una carta cuya parte medular podría explicarse tan simplemente como un monumento al descaro queriendo juntar dos situaciones reales: la amplia lista de generadores de opinión y tomadores de decisiones que empeñaron sus voluntades con los taiwaneses; así como el amplio porcentaje de guatemaltecos al que no le altera vivir en un sistema tan corrupto.


El presidente Otto Pérez Molina ha dicho con mucha energía y con claridad que no es nomás de decir que ya no vamos a tener relaciones diplomáticas con Taiwán.  Con la misma energía y con la misma claridad le preguntamos ¿Por qué no? Y es que simplemente no entendemos la razón para tener que soportar la existencia de una misión diplomática que viene con las chequeras a comprar voluntades (así, en plural porque no fue sólo Portillo ni sólo políticos).

  Hay quienes se han querido pintar como los defensores de la soberanía nacional en temas como el de la CICIG o el juicio a Ríos Montt porque dicen que no es lógico que vengan a apoyar el fortalecimiento de la justicia a lo interno de un Estado como el nuestro que es tan digno. ¿Dónde están esos mismos defensores en este caso? ¿O será que fueron de los que recibieron viajecitos y “apoyo” que les obliga a decir que Taiwán es el benefactor que Guatemala necesita? Es lamentable que quieran ser soberanos para que se mantenga la impunidad, pero tolerantes para que siga la corrupción.

  Y es que para estos momentos delicados es que “invirtieron” en algunos medios de comunicación, políticos, universidades e instituciones del Estado.  Para que cuando tengan que “debilitar” el tema lo hagan con la maestría que siempre ha existido en nuestro país.  Si el canciller Fernando Carrera y el presidente Pérez no han sido parte de todo esto, deberían ser los más indignados y los más interesados en que todo esto cambie y, no basta con pedir cartas más detalladas, sino que se debe hacer un análisis detallado y profundo de qué es la desventaja que tiene Taiwán  y que a puro cheque lo tienen que cubrir.  Es demasiada la desfachatez de esta política del soborno que ya tiene varios presidentes en el banco de los acusados en Centro América. Mientras se van poniendo algunos rostros de los corruptos, no quieren descubrir la del corruptor.

Minutero
Nos ven cara de pendejos
los chinos que vienen de lejos
a comprar las voluntades
ocultando las maldades