Rusia apela al pragmatismo en los juegos paralímpicos


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Los críticos del Kremlin advertían que los Juegos Paralímpicos podían ofrecer múltiples dificultades a los atletas, pero a base de soluciones pragmáticas las autoridades rusas han logrado convertir a Sochi en una ciudad prácticamente sin barreras.

Por Michael Brehme y Martin Kloth KRASNAYA POLYANA /Agencia DPA

«Rusia aprende muy rápido», destacó el presidente del Comité Paralímpico Internacional (IPC), el británico Philip Craven.

Al igual que durante los Juegos Olímpicos, cuando las demoras en las construcciones hacían temer un caos organizativo, el comité local logró apaciguar las críticas casi sobre el filo de las competencias.

Numerosas rampas de madera con cobertura de caucho construidas a último momento se encargaron de suplir lo que los organizadores no previeron en la construcción de las viviendas y los escenarios deportivos.

Las mini-rampas, distribuidas tanto en la zona costera de Sochi como en las montañas de Krasnaya Polyana, permitieron que los 547 atletas de 45 naciones que compitieron -una cifra récord en la historia de los Paralímpicos- no debieran padecer grandes problemas de movilidad.

«Se podría haber tenido un poco más en consideración a la accesibilidad en la construcción de los edificios», señaló la biatleta y esquiadora de fondo alemana Andrea Eskau, que está viviendo sus cuartos Juegos Paralímpicos.

«Pero podemos llegar a todos lados, no nos podemos quejar», añadió la atleta de 42 años que compite en silla de ruedas.

La prensa y los políticos opositores habían advertido antes del inicio de las competencias que Sochi no estaba preparada para recibir los Juegos Paralímpicos, pese a la cifra récord de 51.000 millones de dólares invertida en la región.

«Lamentablemente nuestros funcionarios no entienden qué es lo que significa un entorno sin barreras», escribió el blogger Ilya Varlamov en un reportaje en el sitio web de la emisora Echo Moskvi que denunció desde elevadores que no funcionan o son muy estrechos hasta veredas con bordes demasiado altos.

Sin embargo, las delegaciones y los atletas lucen conformes con unos Juegos que cumplen con los estándares internacionales. La villa olímpica de montaña, en Krasnaya Polyana, se destaca por tener, además de las viviendas, restaurantes, un pequeño cine, un puesto de venta de flores y una galería de arte.

Eskau resalta que los Juegos tienen baños para discapacitados con agua caliente, lo cual no es siempre lo habitual en grandes eventos. «Normalmente tenemos unos baños químicos que no son ni higiénicos ni adecuados para nosotros. Pero aquí está todo bien, de acuerdo con los estándares de los Paralímpicos».

Craven coincide en que las críticas son «totalmente infundadas». «Muchos de los jefes de equipos habían vuelto sorprendidos a casa cuando vinieron hace un año. Y desde entonces se ha hecho mucho trabajo», destacó el jefe del CPI.

Para Craven, sin embargo, lo más importante no es superar las barreras físicas para los atletas paralímpicos, sino derribar los prejuicios sobre la discapacidad.

«Creo firmemente que los primeros Juegos Paralímpicos en Rusia pueden tener un gran efecto en el país organizador. Los Juegos pueden ayudar a mejorar la vida de 13 millones de rusos con discapacidades», dijo Craven, un ex jugador de baloncesto en silla de ruedas.

«La población debe entender que no se trata solamente de barreras físicas. Es mucho más, se trata de cambiar puntos de vista. Esto rige para todos los países del mundo», añadió.