Para demostrar que tienen ganas de ponerse a trabajar pronto y que la ciudadanía podría confiar en ellos, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral decidieron hacer pública la medida a la que le quieren dar prioridad, al menos, en este inicio de mandato: Buscar que la ley logre evitar las campañas anticipadas.
Nuestra lectura es que esta medida, que daría mucho gusto a una ciudadanía que está harta de vivir permanentemente en campañas, no es el cambio radical que se hace necesario en un sistema chapín en que la verdadera causa del descalabro es el financiamiento de las campañas que deja empeñadas las decisiones de los gobernantes a favor de quienes les han dado los fondos.
Los magistrados deberían entender que si lo que quieren es ser factores de cambio real ante el descalabro del sistema electoral, las decisiones difíciles se tienen que tomar en los primeros días de su gestión cuando aún pueden ser considerados los “foráneos” que vienen a ajustar el inoperante sistema de control.
No hay almuerzo gratis, dice un dicho que se debe aplicar sin excepción en el campo del financiamiento de las campañas políticas. Sería mucho más barato para el Estado pagar a los partidos de acuerdo con su participación cívica, formación de liderazgos y fortalecimiento de su estructura, versus el costo de la corrupción con el que se hace el “negocio” de quienes meten 10 en los candidatos para sacarles 100 cuando son presidentes.
Con ese sistema, igual se detendría la campaña anticipada porque se regula el tipo de gasto en las épocas en que no hay convocatorias. En la tabla de valores, se les reduce la cuota a quienes violentan la ley para garantizar que una pena económica caiga sobre ellos.
Pero lo más importante de este sistema es que se premiaría a quien sea el mejor candidato y, por ende, tenga la mejor propuesta para el país porque estarían en igualdad de condiciones. Hoy por hoy, se obtiene más fondos según la escala de los principios y es el beneficiado aquel que está dispuesto a venderle el alma al diablo.
Es entonces importante recordarles a los magistrados que si están comprometidos a hacer un papel de trascendencia para el país, es en estos primeros días en que deben de marcar la pauta y proceder con determinación a hacer los cambios más complicados. Por el contrario, si lo que quieren es solo pasar el agua y devolver el favor de haber sido electos, con intentar detener la campaña anticipada pueden terminar su mandato sin hacer olas, cosa que parece por la forma en que secretamente se repartieron los cargos.
Minutero:
Las cosas empiezan mal
cuando un nuevo Tribunal
sesiona en forma furtiva
para designar la directiva