Continuando con las reacciones a la declaración de culpabilidad del expresidente Alfonso Portillo, es importante analizar en esta coyuntura si habrá algún momento más oportuno para dar paso a la búsqueda del establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular de China.
Sabiendo ya que ha habido repetidas experiencias en los países centroamericanos en que mandatarios y, tras lo dicho por cancillería, funcionarios e instituciones se han visto beneficiados por el sistema de compra de voluntades para mantener el reconocimiento de Taiwán, debemos dejar de hablar de un país que por su “amistad” ayuda a Guatemala.
Revisando las oportunidades que podemos tener a nivel comercial, no hay comparación entre China continental y Taiwán y es eso lo que ha hecho necesaria esa danza de millones como única razón por la que se ha mantenido políticamente una alianza basada en el soborno.
En declaraciones de funcionarios de la misión asiática, dicen que ellos solo han querido aportar al desarrollo del país. Siendo auténtica esa postura, la pregunta ¿será que tanto nos conviene mantener esa relación de cooperación con un gobierno que no sabe ni diferenciar entre soborno y ayuda? Es una falta de respeto que nos quieran seguir viendo cara de babosos diciendo que no hicieron más que querernos ayudar.
Son culpables los taiwaneses, tanto como los receptores del dinero, de haber cooperado activamente a debilitar un sistema institucional guatemalteco que ya está más que podrido y en el que, sinceramente, no se necesita ayuda para terminar de arruinarlo.
Nos ha causado extrañeza cómo es que el deseo de colocar como el único demonio a Alfonso Portillo ha hecho que algunos digan que “se va a salir con la suya” tras haber logrado un pacto con la fiscalía que lo acusó en Estados Unidos. Estamos claros que el expresidente Portillo sabrá muchas cosas más y conocerá detalles sobre otras prácticas a lo interno del ejercicio del poder que permiten a nuestros mandatarios entregar el gobierno para ir a vivir como magnates. Pero por mínima que parezca, Portillo recibirá sentencia mientras que los que verdaderamente se han “salido con la suya” son aquellos que no han tenido que enfrentar a la Justicia por la falta de igualdad ante la ley.
Insistimos, este es el mejor momento para tomar las decisiones lógicas entendiendo que Taiwán no nos beneficia, mientras que debemos también pensar cómo hacemos para que una institución de investigación penal guatemalteca alcance a los funcionarios que salen cargados de millones. ¿Solo Portillo ha sido culpable? Todos sabemos que no.
Minutero:
“El que peca por la paga
o el que paga por pecar”;
si el debate no se apaga
algo que sí hay que pensar