Algo muy fácil de revisar


Editorial_LH

A nivel mundial, la práctica de la corrupción se desarrolla de manera mucho más avanzada que las medidas que se requieren para poderle dar seguimiento de parte de las instituciones de transparencia y justicia. Es por ello que se van tomando medidas y que, en muchos casos, los beneficiarios de la corrupción ya han avanzado y modifican sus operaciones para poder seguir beneficiándose.


En Guatemala, no se puede decir que se haga el esfuerzo de salirle al paso a los secretos que a gritos advierten de los negocios que con escándalo se van realizando durante todos los gobiernos y que por décadas han sido y pareciera que seguirán siendo considerados una parte normal de la ejecución del Presupuesto.

Si realmente hubiera voluntad para enfrentar la corrupción, solo bastaría por entrarle a los tres “mega” negocios, el de la compra de medicinas, la asignación de obras de infraestructura y las concesiones mineras y petroleras. Si se decide que se quiere controlar con detalle cada una de las operaciones en Salud, Comunicaciones y Energía y Minas, las posibilidades de poder encontrar los métodos con los que se hacen los negocios serían bastante altas.
 
Pero resulta que lo verdaderamente insólito es que en Guatemala no exista la más mínima intención de enfrentar el tema de la corrupción que, consideramos, es el mal que resulta en el debilitamiento institucional y la práctica de la impunidad en general. Porque es evidente que políticos al ocupar el poder, intentarán mantener la dependencia e ineficiencia de las instituciones del sector justicia para que no puedan alcanzarlos posteriormente en los casos de corrupción en los que están envueltos. Esto lo hacen sabiendo pero obviando que al debilitar las instituciones a favor de la corrupción, también la debilitan a favor de toda la actividad criminal en general.

¿Qué sería de Guatemala si una empresa presenta a concurso de licitación el costo de una obra sin porcentajes para pagar comisiones de funcionarios públicos, el “moco” por agilización del pago o los otros sobrecostos que se aceptan con tal de recibir adjudicación de contratos?

Pedirle a un constructor privado que haga una lista de costos de la construcción de un puente y compararla con lo que los contratistas del Estado cotizan o simplemente chequear el precio de las medicinas en el mercado internacional y verificar lo que se le está sangrando a nuestro país, sería suficiente para encontrar casos sólidos que, al menos, obliguen a los corruptos a no practicar el saqueo de manera tan sencilla.
 
Pero no hay autoridad que tenga el deseo o, posiblemente, perdieron la hoja en que están las prioridades.

MINUTERO:
La riqueza ilegal
tiende a ser ostentosa;
que nada se haga es otra cosa
para mantener el lodazal