El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy la imposición a dirigentes rusos y ucranianos de las sanciones más duras desde el fin de la Guerra Fría y advirtió a Moscú de su «inquebrantable» apoyo a Ucrania si se niega a resolver la crisis en Crimea por la vía diplomática.
«Creo que todavía hay un camino para resolver esta situación de forma diplomática de forma tal que atienda a los intereses tanto de Rusia como de Ucrania (…) pero a través de todo este proceso, vamos a seguir firmes en nuestro inquebrantable apoyo a Ucrania», sostuvo Obama en una declaración pública desde la Casa Blanca.
El mandatario reiteró que su gobierno no reconocerá los resultados del referéndum del domingo en Crimea, donde la gran mayoría de la población votó a favor de la adhesión a Rusia. Con la mirada puesta en otros vecinos de Rusia que miran con temor los pasos de Moscú en Ucrania, Obama por primera vez además apeló a la OTAN y al «compromiso solemne» a la «defensa colectiva» de los aliados.
«Y mantendremos este compromiso», subrayó a pocas horas de que su vicepresidente, Joe Biden, parta de viaje a Polonia y Lituania para reunirse con autoridades también de Estonia y Letonia, todos ellos miembros de la Alianza Atlántica. El propio Obama realizará una gira por Europa la semana próxima, donde la crisis ucraniana tendrá previsiblemente un gran protagonismo.
Las sanciones económicas fueron impuestas mediante una nueva orden ejecutiva que se une a un decreto similar que ya emitiera Obama el 6 de marzo.
Según destacó Obama en su notificación oficial al Congreso, la decisión de emitir las sanciones se deben a que considera que las «acciones y políticas del gobierno ruso respecto de Ucrania (…) amenazan la paz, seguridad, estabilidad, soberanía e integridad territorial» de ese país y por tanto «constituyen una amenaza inusual y extraordinaria a la política exterior y de seguridad nacional» del propio Estados Unidos.
En total, son 11 los afectados, siete altos funcionarios rusos muy vinculados al presidente Vladimir Putin y cuatro políticos ucranianos, incluido el ex presidente Viktor Yanukovich.
Las sanciones entre otros congelan los bienes que los individuos designados puedan tener en territorio estadounidense y además prohíben que ciudadanos o empresas norteamericanas realicen cualquier transacción comercial con ellos.
Asimismo, prevén la denegación de visado a estos individuos.
De entre los rusos afectados por las sanciones, dos de los designados, Vladislav Surkov y Serguei Glazyev, son específicamente sancionados «por su estatus como asesores presidenciales» del mandatario ruso.
Además, fueron sancionados el viceprimer ministro ruso, Dmitry Rogozin, los miembros de la Duma Leonid Slutski y Yelena Mizulina, así como la presidenta del Consejo de la Federación (la cámara alta del Parlamento ruso), Valentina Matviyenko, y el miembro del mismo Andrei Klishas.
A ellos se unen cuatro destacados políticos ucranianos: además de Yanukovich, se trata de su estrecho aliado Viktor Medvedchuk, así como de dos destacados «separatistas crimeos», el líder del Parlamento de Crimea, Vladimir Konstantinov, y Serguei Aksionov, «quien asegura ser el primer ministro de Crimea y ha rechazado la autoridad del gobierno legítimo en Kiev», según la Casa Blanca.
Todos los sancionados han contribuido a la crisis en Ucrania, específicamente a la celebración del referéndum del domingo en Crimea que Washington ha prometido que no reconocerá, explicaron altos responsables del gobierno de Barack Obama en conversación con periodistas bajo condición de anonimato.
Aunque las listas de castigados son ligeramente divergentes, las sanciones han sido decididas además en «estrecha coordinación con los aliados europeos» que también anunciaron hoy sanciones similares contra 21 personas.
Las sanciones impuestas hoy tanto desde Bruselas como desde Washington supondrán un «costo real para la economía rusa» y por lo tanto «envían un fuerte mensaje al gobierno ruso acerca de que hay consecuencias por las acciones que violan la soberanía e integridad territorial de Ucrania, incluidas sus acciones en apoyo al referéndum ilegal para la separación de Crimea», aseveraron las fuentes.
Al igual que afirmó después Obama en viva voz, los altos funcionarios subrayaron que las acciones del gobierno de Washington son «flexibles» y por lo tanto «permiten imponer sanciones adicionales» en caso de que continúe la escalada de la situación, si bien aseguraron que no pierden la esperanza de que se acabe por lograr una salida diplomática.
«Mantenemos abierta la puerta para un freno a la escalada» de la situación, aseguraron.