El nuevo grito de los «cineastas bolivarianos» empezará a sonar en Venezuela a partir de octubre con la presentación de 13 películas producidas por la Villa del Cine, la fundación audiovisual encargada de competir contra la «tiranía de Hollywood».
La Villa del Cine fue inaugurada en junio de 2006 por el presidente Hugo Chávez, quien desea «enfrentar la dictadura de Hollywood, que nos inocula mensajes ajenos a nuestras tradiciones», según dijo entonces.
Dentro de esta ofensiva, «Miranda Regresa», del director Luis Alberto Lamata, y «La Clase», una ópera prima de José Antonio Varela, basada en una novela del ministro de Cultura Francisco Sesto, serán las primeras en proyectarse en la gran pantalla, destacó a AFP Lorena Almarza, directora de la institución.
«Miranda Regresa» se centra en el pensamiento y los ideales de independencia del más viajero de los héroes venezolanos, Francisco de Miranda; mientras que «La clase» trata la crisis que detonó en 1989 el estallido popular conocido como «El Caracazo», reprimido con cientos de muertos en los barrios más pobres de la capital venezolana.
Además, la Villa del Cine presentará durante este año seis documentales para televisión: «Víctimas de la democracia», que trata sobre la muerte de guerrilleros en los años 60; «Venezuela Petroleum Company», sobre el descubrimiento de los primeros pozos de crudo en el Lago de Maracaibo, y «Concibiendo la revolución», que tocará la construcción del movimiento bolivariano de Chávez en Venezuela.
Otro de los núcleos centrales de la nueva filmografía bolivariana son las coproducciones.
«Un té en La Habana», dirigida por la realizadora venezolana Fina Torres y producida entre Venezuela y Cuba, o el filme sobre el líder haitiano Francois-Dominique Toussaint, producción conjunta de Venezuela y el actor de «Arma Mortal», el estadounidense Danny Glover, serán los primeros ejemplos.
«Este gobierno es el segundo en la historia -el primero fue durante el de Carlos Andrés Pérez entre 1974 y 1979- que reconoce la importancia del cine para dar a conocer la idiosincracia, la forma de vivir y hasta promocionar turísticamente a un país», dijo a AFP la directora Solveig Hoogesteijn.
Como ejemplo, Hoogesteijn menciona la creación de la distribuidora estatal Amazonia Films, especializada en cine latinoamericano, o la puesta en marcha de la Villa del Cine.
La directora cuestiona, sin embargo, que el gobierno «aprueba algunos proyectos sin contar con el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac)», la institución que agrupa a directores, productores, artistas y representantes de empresas exhibidoras y distribuidoras de cine.
El gobierno y un grupo de cineastas se enfrentaron a principios de este año, luego que se le concedió a Danny Glover 18 millones de dólares para producir la película sobre el independentista Toussaint.
Ese monto «serviría para financiar 36 películas venezolanas», sostuvieron entonces los cineastas críticos.
En este sentido, el ministro de Cultura Francisco Sesto explicó en una carta que «la Villa del Cine produce lo que a ella, es decir a sus autoridades, les parece que es adecuado».
Esta institución «no acepta subordinaciones de ningún género, ni a personalidades, ni a gremios», subrayó el titular de Cultura.
Otras cintas que serán presentadas en Venezuela durante el próximo año son: «Morales, El Justiciero», ópera prima de Efterpi Charalambidis y el ’biopic’ sobre el terrorista anticastrista Posada Carriles, dirigido por Eduardo Barberena, autor de «Tres tristes trópicos» (1982) y «Hora Texaco» (1985).