Chile registró en julio pasado una inflación de un 1,1%, la más alta mensual desde marzo de 2003, presionada por un aumento en el valor de los alimentos y el transporte, un indicador que podría frenar la expansión chilena de este año.
Con la cifra de julio, la inflación chilena en 12 meses llegó a un 3,8%, mientras que en todo lo que va del año se registra un acumulado de un 3,9%, llegando casi a la meta estimada para este año por el Banco Central, entre 3 y 4%.
La inflación de julio fue inesperadamente alta y sobrepasó largamente las proyecciones de economistas que habían estimado para ese mes un aumento en los precios entre 0,6 y 0,7%.
Se trata también de la mayor variación mensual desde marzo de 2003, cuando el indicador llegó a un 1,2%, la más elevada para ese mismo mes en 16 años.
El incremento del indicador podría repercutir en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, de un 6%, especialmente por una disminución de la demanda interna, estiman analistas.
«Es una mala noticia por el hecho de que un incremento de esta magnitud tiene implícito una caída del poder adquisitivo de las familias», dijo Tomás Flores, economista del Instituto Libertad y Desarrollo.
«La presión inflacionaria no es moderada», agregó el economista.
Según el INE, un aumento de un 3% en el rubro alimentos, una subida similar en la energía y de 1,1% en el transporte dispararon la inflación en julio.
En el rubro de alimentos, las frutas y las verduras sufrieron el mayor aumento en su valor ante una escasez de productos vegetales derivadas de las pérdidas de cosechas que sufrieron unos 10.000 campesinos del centro chileno, por las heladas que cayeron a principios de junio.
Casi todos los vegetales subieron su precio durante julio, con un alza especialmente fuerte en acelgas, cebollas y lechugas.
También hubo incrementos en el precio de los lácteos y sus derivados, el pan y los huevos, como consecuencia de una mayor demanda internacional de ciertos productos, según el INE.
Los precios de la energía subieron también, en especial las cuentas de la luz que crecieron en julio un 3%, debido a las restricciones en los envíos de gas natural desde Argentina y una menor caída de lluvias.
El transporte subió además por su parte, reflejando el aumento en el valor internacional del petróleo, que Chile importa casi en su totalidad.
El incremento de la inflación de julio reforzó la expectativa de un nuevo incremento en la tasa de interés rectora de la economía chilena, una decisión que la próxima semana debe ser evaluada por el Banco Central.
«Aumentó la probabilidad de una próxima subida, que sería de un cuarto de punto porcentual», dijo el economista Tomás Flores.
El Banco Central elevó a mediados de julio la tasa en un cuarto de punto porcentual, a un 5,25% anual.
Chile registró el año pasado una inflación de un 2,6% y en 2005 de un 3,7%.