Dicen que no se puede ser ni demasiado rico ni demasiado flaco. Ni qué decir de ser demasiado guapo… En especial en Hollywood.
Pero en la popular nueva película «Son of God», Jesús es tan agradable a la vista que algunos han retomado la interrogante milenaria (bueno, una versión de la misma): ¿Se parecía en verdad Jesús a Brad Pitt?
Quienes estudian el modo en que la religión es representada en la cultura popular coinciden en que llevar a Cristo a la pantalla siempre ha sido un negocio complicado que sopesa preocupaciones teológicas como qué tan divino hacer al hijo de Dios o qué tan humano, con otras más mundanas: ¿cómo vender más entradas?
«Mira, las películas son un gran negocio», dice Steven Kraftchick, profesor de la Escuela de Teología Candler de la Universidad de Emory. «Probablemente no vayan a seleccionar a Jonah Hill como Jesús».
No que Hill no pueda darle un giro interesante al personaje. Pero los productores de «Son of God», Roma Downey (quien también interpreta a la Virgen María) y su esposo Mark Burnett, claramente buscaban algo distinto cuando escogieron a Diogo Morgado, un actor portugués de 1,90 metros (6 pies 3 pulgadas) que ha incursionado en el modelaje, para «The Bible», la miniserie del canal History de la que deriva «Son of God».
Downey no refuta que su Jesús sea bien parecido ni que pueda llegar lejos con esto, pero explica que estaba buscando una mezcla ingeniosa de cualidades. «Alguien con fuerza, presencia, carisma, ternura, bondad, compasión y humildad natural», dice. «Alguien que pudiera ser tanto un león como un cordero».
El casting se extendió hasta el último momento. Unas semanas antes de que comenzara el rodaje en Marruecos, aún no tenían a Jesús. Downey envió un email a contactos de la iglesia y la industria con el encabezado urgente: «Buscando a Jesús».
La salvación llegó de un lugar inesperado. En Ouarzazate, Marruecos, un miembro de un equipo en busca de locaciones y actores recordó a un actor que había estado ahí hacía más de un año en la filmación de «The Bible», igualmente en el papel de Jesús. Buscó entre registros de hotel y encontró su nombre.
No sorprende que la imagen de Morgado haya sido un gran tema de conversación desde entonces. «No sólo encontramos a Jesús, encontramos a un ‘Jesús sexy»’, le dijo Oprah Winfrey en una entrevista televisada, haciendo referencia a un hashtag en Twitter sobre el actor.
«Un Jesús más macizo de lo necesario», apuntó la publicación especializada Variety en su reseña sobre la cinta. The Hollywood Reporter lo llamó «Jesús como chico lindo» y señaló el parecido entre Morgado y un joven Marlon Brando.
Pero los ingresos de taquilla están en auge. «Son of God» fue la segunda película más vista el fin de semana pasado, después de «Non-Stop» con Liam Neeson, y superó a la exitosa cinta de «Lego».
Para Morgado, todo está muy bien. «Mucho después de que haya partido, este será mi legado», dijo en una entrevista telefónica. «Así que, ¿por qué preocuparme de que la gente me llame ‘Jesús sexy’? Estoy realmente orgulloso de esta película».
Su mayor reto como actor, dijo, fue lograr ese equilibrio entre lo divino y lo humano: «Fue realmente complejo».
Ese siempre ha sido el problema, dijo Jeffrey Mahan, profesor en la escuela de teología Iliff en Denver. «Las películas sobre Jesús se remontan al comienzo del cine, y siempre hay tensión entre lo humano y lo divino».
Mahan señaló que «este no es el primer Jesús sexy en el cine». Cuando Jeffrey Hunter hizo el papel en «King of Kings» («Rey de reyes») de 1961, la gente lo apodó desdeñosamente «Fui un Jesús adolescente», en referencia a la apariencia juvenil y bella de Hunter, a pesar de que estaba en sus 30.
Algunas películas como «Ben-Hur» de 1959 se evitaron el problema al no mostrar el rostro de Jesús. Otras, dice Adele Reinhartz, autora de «Jesus in Hollywood» y profesora en la Universidad de Ottawa, muestran una imagen mucho más limpia «que podría haber salido de una pintura del Renacimiento». Pero en general todos han sido bien parecidos: «Esas son decisiones de mercadotecnia».
El mayor problema con retratar a Jesús, dice Reinhartz, es que «para lograr un personaje de cine completo necesitas debilidades y eso no cumple con la mayoría de las concepciones sobre Jesús».
Una notable excepción es «La última tentación de Cristo», realizada por Martin Scorsese en 1988, protagonizada por Willem Dafoe como un Jesús que atraviesa un conflicto de identidad y experimenta tentaciones terrenales como la lujuria. El resultado no fue del agrado de todos. Un grupo fundamentalista cristiano arrojó bombas molotov en un cine en París donde se exhibía la película.
También está «La pasión de Cristo» de Mel Gibson de 2004, protagonizada por Jim Caviezel, que resultó un éxito en taquilla y una de las películas más controvertidas de todos los tiempos por su retrato sangriento de la crucifixión — el famoso crítico de cine Roger Ebert dijo que era el filme más violento que haya visto — y las acusaciones de que Gibson era antisemita.
Caviezel, Dafoe, Morgado, todos ofrecen diferentes interpretaciones, pero todos lucen de cierta manera. Por ejemplo, ninguno de ellos tiene la tez oscura, aunque algunos han conjeturado que Jesús la tenía. Otros han dicho que los hombres de aquel entonces eran significativamente menos altos que ahora.
«La realidad es que no sabemos cómo se veía Jesús», dijo Kraftchick, en Emory. «¿Qué tan alto era? ¿Tenía problemas para hablar?».
Al consultarle sobre el asunto, Downey señaló que su Jesús es latino (portugués) y que esto ya de por sí es algo innovador en la película (el actor también habla un poco de español).
Lo que le molesta a Mahan es que los retratos de Jesús como un galán pasan por alto el hecho de que «Jesús fuera una marginal, y que esta imagen de ‘Jesús guapo’ trata de hacer de él una celebridad, lo cual no es correcto según el tono del Evangelio».
Morgado dijo que él ve las cosas en contexto.
«Cuando estaba en Jerusalén vi a un hombre y un niño de 10 años rezando», relató. «Y vi al niño y pensé, ‘¡guau! Seré su referencia visual y espiritual»’.
Eso es lo que esperan los productores.
«Creo que la gente que no sabe quién es Jesús se enamorará», dijo Downey. «Y aquellos que sí lo conocen, se volverán a enamorar».