Las pilas, integrante de casa


Según algunos historiadores, las pilas llegan a nuestro paí­s desde la época de la colonia a pesar de que la cultura maya presenta ya la existencia de reservorios artificiales de agua («piscinas» naturales recubiertas con estuco) donde posiblemente, se realizaban algunas de las actividades que en nuestras pilas.


La realidad es que hoy, la mayorí­a de casas guatemaltecas aún cuentan con una pila para lavar ropa, utensilios de cocina o incluso, para tomar un buen baño. La pila ha sido escenario también de muchas travesuras o incluso accidentes domésticos (niños jugando con buzos de plástico, mascotas ahogadas o incluso, pilas convertidas en peceras por una mojarrita o pupo amatitlanecos).

Si bien las pilas originales eran prácticamente talladas en piedra (vale la pena admirar muchas pilas de la época de la colonia en el interior del paí­s y en muchas fincas privadas), en la actualidad muchas fábricas semi-artesanales de pisos y adoquines producen pilas de varios colores y tamaños. En mi caso particular, la pila es azul y tiene 2 secciones, una grande que contiene agua y donde generalmente flota el indispensable «guacal» y el pequeño con lo que yo llamaba «montañitas», utilizado para restregar la ropa al lavar.

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