Las personas buenas se pueden morir en las peores circunstancias solo por estar en el lugar y el momento equivocados. Esa ya casi es una ley en Guatemala. Y es que a veces la vida juega sucio. No a todos, pero sí a muchos, y el solo hecho de vivir en un país violento aumenta nuestro riesgo de ser víctimas de la inseguridad.
jestrada@lahora.com.gt
De esa cuenta es que no podemos dejar de ver en los hechos diarios de violencia una amenaza para nosotros. Nos sentimos a salvo y con suerte cuando no nos pasan las cosas malas, pero tenemos que saber que, como muchos, estamos en riesgo, así como nuestras familias y demás seres queridos.
La pregunta es: ¿Cómo esperar una tragedia? Ya sea propia o ajena, no podemos ser indiferentes, y aunque pareciera que no hay nada que hacer, yo opino todo lo contrario. Justo ahora hay mucho trabajo por delante, y no veo por qué hay que esperar sentados.
Tal vez sea imposible prevenir un asalto, asesinato, secuestro o algo similar, pero sí podemos hacer mucho para que esos crímenes no queden en la impunidad, y por ende, evitar que se repitan consecutivamente.
Justo ahora los guatemaltecos tenemos que vigilar los procesos que se llevan a cabo en las Comisiones de Postulación, para que solo los mejores ciudadanos sean postulados como candidatos, y que solo los más capacitados sean electos para dirigir las instituciones.
Necesitamos, por ejemplo, a una persona capacitada al frente del Ministerio Público, que pueda continuar con los esfuerzos en la persecución penal y seguir con la desarticulación de grupos de violadores, secuestradores y sicarios.
También en el Organismo Judicial requerimos de magistrados capaces y conscientes de la necesidad de reformar el sistema de justicia, para que ésta sea pronta y cumplida, y que dé esperanza a los que no soportamos más las injusticias y la impunidad.
No está demás decir que urge un Contralor General de Cuentas que no le tiemble la mano al momento de señalar la corrupción, y que se preocupe porque los recursos públicos beneficien a quienes realmente lo necesitan.
Percibo que muchas personas no entienden la incidencia que las instituciones de seguridad, justicia y transparencia tienen en su vida diaria, pero si verdaderamente comprendieran la situación, seguro que vigilarían de cerca los procesos de postulación.
No obstante, creo que los primeros pasos ya se están dando y precisamente en un sector de la población que puede cambiar muchas cosas malas del país: “Vales o te vale” es el nombre de la campaña de Jóvenes por Guatemala, para que más jóvenes se sumen al trabajo de observación de las Comisiones de Postulación.
Estos jóvenes, estudiantes de distintas universidades y trabajadores incansables, están dando el ejemplo para que otras organizaciones y personas se sumen a los esfuerzos para construir mejores instituciones, y que éstas sean dirigidas por funcionarios idóneos.
Tenemos que pensar en que más que activismo, es una obligación ciudadana involucrarse en la búsqueda de soluciones reales para los problemas sociales y que las decisiones de otros pueden definir nuestra vida, o nuestra muerte.