Hay situaciones que, por su inviabilidad, pareciera que son como colgarse piedras en el cuello y meterse a nadar al mar y, ahora, el presidente Otto Pérez Molina está frente a realidades que pueden ser comparadas con esa imagen.
Para nombrar unas cuantas, empezaremos comentando que no es viable que un país que se mantiene polarizado y en el que la pobreza versus la riqueza se ve con ojos tan conservadores en la toma de decisiones, integre una comisión a manera de “gabinete sombra” para prevención de incidentes, pero solamente integrado por una de las partes.
Durante años, el tema de tenencia de la tierra, las políticas salariales, los proyectos de generación de energía por medio de hidroeléctricas, la minería, etc., ha sido brasa en la que las tensiones sociales se han manifestado hasta llevar a puntos de violencia. Una de las voces en dichos conflictos, ha sido el sector privado organizado que, ahora, es el único integrante, aparte de ministros de Estado, en dicha comisión. Si el presidente Pérez necesita una comisión de asesoría, sería conveniente que se haga con los mismos intereses de las soluciones que requiere el país: un grupo que por su misma integración pueda presentar verdaderas opciones de reducción de conflictividad social.
Otro de los puntos incomprensibles es la permanencia en el puesto del ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, quien está evidentemente sobre la maquinaria electoral del partido oficial sin que se note necesidad de su parte de dejar una cartera que ha sido el vínculo económico tradicional entre gobiernos y contratistas que, finalmente, son financistas de campañas para mantener control sobre las obras.
Sinibaldi ha sido una de las personas más cercanas a Pérez Molina en su etapa como candidato y como miembro de su Gabinete. Pero grueso favor le haría si le permite no comprometer su gobierno con un legado tan complicado. Claro que no se podrá evitar la burla que se hace a la Ley Electoral y de Partidos Políticos de parte de todos los candidatos que salen a pedir la “afiliación” a las comunidades, pero sí se podrá, en una mínima medida, evitar que se utilice la completa infraestructura del Estado al servicio de una campaña electoral en específica. Los temores hace cuatro años sobre el uso de los recursos de parte de Sandra Torres, son ahora una realidad en el caso del Ministro.
En resumen, para el presidente Pérez se vienen los meses más complicados de su gobierno porque es cuando la mayoría de “leales e incondicionales” buscan posiciones en otros lados para no sacrificar su futuro. Se vienen aguas movidas para mantener la gobernabilidad y deberá conseguir a los mejores aliados para atravesarlas de mejor manera y más conveniente sería que se quite cualquier piedra del cuello.
Minutero
Verán la conflictividad
con absoluta parcialidad;
un consejo de empresarios
no es de los necesarios