Evo recibido con gloria


Visita. El presidente de Bolivia, Evo Morales (C), compartió con pobladores de barrio marginales en Perú.

«Evo Morales, próximo presidente del Perú», gritó con sincero sentimiento un hombre que portaba una bandera roja del partido comunista en una concentración organizada este miércoles para homenajear al mandatario boliviano, que visitó Villa El Salvador, un sector popular al sur de Lima.


«Ese es el presidente que necesitamos, no el que tenemos ahora», gritó ya envalentonado este hombre de unos 50 años, mientras en el estrado el presidente Morales se aprestaba a iniciar su discurso en presencia de algunos legisladores peruanos y de representantes diplomáticos de Venezuela, Ecuador, Cuba y Nicaragua.

Morales estaba allí­ como última actividad de una visita de 12 horas a Perú, donde no dejó de expresar su sorpresa por la manera como fue recibido en cada uno de los actos, incluyendo su encuentro con el presidente peruano, Alan Garcí­a.

Pero ahora en Villa El Salvador, en medio de banderas rojas, insignias de Ernesto ’Che’ Guevara, el tricolor boliviano y las infaltables wifalas (la bandera multicolor indí­gena), Morales parecí­a sentirse más en su medio natural.

«Estoy muy sorprendido de esta concentración. Acá están los hermanos de los barrios marginales y maginados. Yo jamás pensé en ser presidente ni estar a la cabeza de un paí­s como Bolivia», dijo el mandatario, frecuentemente interrumpido por un animador que pedí­a ’jayayas’ (vivas en quechua) por el mandatario visitante.

«Es importante la unidad de los marginados y los excluidos, de los vilipendiados de la historia de América, los campesinos. No ha sido en vano la sangre derramada. Por eso es mejor mandar, obedeciendo al pueblo», agregó frente a unas mil personas y una nutrida custodia policial.

«El polí­tico en América Latina es visto como farsante y maleante, por eso hacia 1997 lanzamos el Movimiento al Socialismo para buscar el poder», indicó, flanqueado por su canciller, David Choquehuanca.

También se refirió al trabajo que hace en su paí­s y repitió una idea que habí­a expresado en la mañana, para destacar la dificultad de cambiar 500 años de gobiernos que no trabajaron en favor de la población más marginada.

Morales recibió también de parte de los cocaleros peruanos, una canasta con productos hechos con esa hoja, sagrada para los indí­genas del altiplano peruano y boliviano, además del reconocimiento de los dirigentes polí­ticos locales, partidarios del nacionalista Ollanta Humala.

Humala, un militar retirado, perdió el año pasado la presidencia frente a Alan Garcí­a, y se ha convertido en su principal opositor.

Villa El Salvador nació de una ocupación de terrenos en los años 70. Era una montaña de arena que se fue poblando de casas precarias hechas con esteras, y de la nada se convirtió en el distrito pujante y aún lleno de pobreza que es hoy.

Es en ese lugar donde los habitantes recibieron a Morales como uno de los suyos.

«Estoy muy sorprendido de esta concentración. Acá están los hermanos de los barrios marginales y maginados. Yo jamás pensé en ser presidente ni estar a la cabeza de un paí­s como Bolivia».

Evo Morales, presidente de Bolivia.