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Woods marchaba en cinco golpes arriba del par durante la última ronda, a 13 impactos de Rory McIlroy, cuando estrechó la mano de Luke Guthrie en el green del hoyo 13 y se despidió. Los organizadores del torneo enviaron una furgoneta para recoger a Woods y a su familia, y la policía impidió que la prensa se acercara al estacionamiento donde estaba el vehículo.

Mediante su portavoz Glenn Greenspan, Woods dijo que el problema lumbar le ocasionó espasmos a partir del domingo por la mañana, cuando realizaba ejercicios de calentamiento.

Woods estaba por defender su título en el Cadillac Championship, previsto para la próxima semana. Ahora su participación está en duda.

«Es demasiado pronto para decirlo», señaló Woods en un comunicado sobre su actuación en Doral. «Trataré de que esto se resuelva todos los días. Aún no lo sé. Esperaré hasta el jueves y veré cómo me siento».

Durante este año, Woods ha tenido ya un calendario limitado —11 rondas en partes de cuatro torneos. Tenía dos certámenes por delante antes del Masters, que se llevará a cabo del 10 al 13 de abril.

Woods dijo que los espasmos se asemejan a los que le aquejaron en agosto pasado durante el Barclays. En aquella ocasión, Woods cayó de rodillas por el dolor después de realizar un disparo.

Terminó aquel torneo empatado en el segundo puesto, a un golpe de Adam Scott.

Es la segunda vez en dos años que Woods abandona un torneo a la mitad de la última ronda. Se retiró después de 11 hoyos en Doral, cuando no tenía ya aspiraciones de ganar, y dos semanas después se coronó en Bay Hill, su primer título en la Gira de la PGA desde que se ausentó durante un conflictivo divorcio.

A comienzos de este año, Woods dijo en Dubai que pasó la mayor parte del descanso entre temporadas trabajando en su fortaleza física, sin poner tanta atención a la precisión de su golf. Abrió el año sin pasar el corte en Torrey Pines, después de 54 hoyos. Había ganado ese torneo en ocho ocasiones.

Luego, quedó igualado en el 41er puesto en el Dubai Desert Classic.