El candidato europeo para la jefatura del FMI, Dominique Strauss-Kahn, pretende reconciliar a la institución financiera con los países de América Latina, poniendo la estabilidad financiera al servicio del desarrollo, reveló ayer en Brasilia.
Tras ser recibido por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, el ex ministro francés de Economía y Finanzas reveló que la campaña por su elección lo llevaría en agosto a países como Argentina y Bolivia, con un historial de conflictos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y expresó su deseo de que el presidente Hugo Chávez no cumpla su amenaza de sacar a Venezuela de la entidad multilateral.
«Le he explicado al presidente Lula las razones de mi candidatura, que tengo conciencia de que el Fondo está en crisis (…); que su imagen, particularmente en América del Sur, es difícil, y que hay que cambiar al Fondo», dijo Strauss-Kahn a la prensa.
El candidato a director gerente del Fondo, que viene de una gira por ífrica, dijo que esperaba visitar en las próximas semanas «una decena de grandes países», entre los que citó China, India, Japón, Corea, Egipto, Arabia Saudita, así como México, Argentina y Chile.
También tiene la intención de ir a Bolivia «a ver al presidente (Evo) Morales, lo que me parece muy simbólico, en un país que tuvo grandes dificultades con el Fondo», adelantó Strauss-Kahn.
Al ser interrogado sobre el anuncio hecho por Chávez en abril de que retiraría a Venezuela del FMI y del Banco Mundial, Strauss-Kahn consideró que sería una iniciativa «muy lamentable» y que «hay que hacer todo lo posible para que todos los países que son miembros del Fondo sigan siendo miembros del Fondo».
Varios países de América Latina, como Argentina, Brasil y Uruguay, prefirieron liquidar por anticipado sus deudas con el FMI aunque tuviesen que pagar intereses más altos a otros acreedores; eso les permitió librarse de una tutela identificada al fracaso de las políticas económicas de los años 90 y contribuyó a la crisis del FMI, que perdió así a algunos de sus «clientes» tradicionales.
Strauss-Kahn propone ahora que el Fondo deje de ser un recurso para países en dificultades, y se convierta en un instrumento que «favorezca el crecimiento y el desarrollo a través de la estabilidad financiera».
La idea atrajo a Lula, según informó a la AFP su principal asesor de política internacional, Marco Aurelio García.
«El presidente (Lula) estuvo muy de acuerdo con las cuestiones que (Strauss-Kahn) le planteó», dijo García.
De acuerdo con el asesor, Strauss-Kahn insistió en la necesidad de cambio en «tres instancias clave» del FMI: la representación de cada país en el Fondo, el nombramiento de su director gerente y su programa de acción.
Brasil y otros grandes países emergentes manifestaron ya su oposición al «criterio automático» por el que Europa designa al máximo jefe del FMI y Estados Unidos al del Banco Mundial.
Strauss-Kahn dijo que su encuentro con Lula fue «cordial y muy cálido» y ratificó su voluntad de llevar a cabo esas reformas.
En lo que respecta a los mecanismos de designación del director gerente reiteró que en caso de ser electo ese asunto no dependerá exclusivamente de su poder, pero que sería «deseable que haya un proceso abierto» a candidatos de otras regiones.
Dominique Strauss-Kahn, candidato a la jefatura del FMI por Europa.