La Fiscalía chilena abrió este martes una investigación por el hallazgo de osamentas humanas en las riberas del río Itata, que cruza terrenos del excentro de torturas de Colonia Dignidad.
«No podría precisar si los huesos correspondan a un individuo o más de uno», dijo en una primera reacción el comisario Claudio Ramos, a cargo de las pesquisas.
Los restos óseos, cercanos a una planta fragmentadora de piedras otrora propiedad de Colonia Dignidad, fueron encontrados por particulares, precisó la policía civil.
Durante décadas, organizaciones de derechos humanos y exrepresores sindicaron este recinto fundado por alemanes como un centro de exterminio de opositores a la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Colonia Dignidad, según investigaciones judiciales, fue además escenario de tráfico internacional de armas convencionales y químicas, centro de torturas y violaciones masivas de menores, a manos de sus líderes, durante décadas.
En 1991, el presidente chileno Patricio Aylwin calificó el recinto de 17 mil hectáreas como un «Estado dentro del Estado» y procedió a desmantelar su red de protección jurídica.
Sólo en 2013, y tras años de investigaciones, varios de sus jerarcas fueron condenados, entre ellos los alemanes Gerhard Mücke, Günther Schaffrik, Hartmut Hopp, Kurt Schnellenkamp y Gerd Seewald.
Hartmut Hopp, sin embargo, eludió la condena, pues permanecía en Alemania desde mayo de 2011, donde es investigado por la fiscalía de Krefeld, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia.
Colonia Dignidad, situada a unos 35 kilómetros al este de la sureña ciudad de Parral, fue establecida en 1961 en el fundo “El Lavadero” por Paul Schäfer.
Este ex miembro de las juventudes hitlerianas, quien fungió de enfermero militar en la Segunda Guerra Mundial, murió en 2010 tras ser acusado de abusar de decenas de niños por años.
Hoy, el gobierno alemán apoya a los colonos de Dignidad, para lograr su recuperación psicológica, tras décadas de abusos.