El secretario estadounidense del Tesoro, Henry Paulson, partidario del diálogo con China y no de las sanciones, culmina hoy una visita a Pekín donde intentó persuadir a las autoridades de que un yuan en su justo valor está en el mejor interés del gigante asiático.
Este buen conocedor de China, que le recibió con todos los honores durante su primera visita como secretario del Tesoro en septiembre pasado, mantuvo una vez más reuniones de alto nivel.
Su encuentro el miércoles de tarde con el presidente Hu Jintao cerró una serie de reuniones con la viceprimer ministra Wu Yi y con el director del Banco Central, Zhou Xiaochuan, entre otros.
No obstante, poco antes del fin de esta visita iniciada el domingo de noche, nada sugería que partirá con algo más que promesas.
Paulson, que debe rendir cuentas a los contribuyentes estadounidenses a su regreso, permaneció fiel a su acercamiento de los diferendos económicos bilaterales, y reafirmó que deben ser resueltos a través del diálogo, no a través de la aprobación de leyes que sancionen a los chinos.
El secretario del Tesoro se presentó como el abogado del «diálogo económico estratégico» chino-estadounidense, un diálogo bianual que copreside con Wu Yi.
«Este diálogo nos permite una relación fuerte, que es útil para mantener los lazos incluso en épocas de tensión», explicó en una entrevista con la agencia China Nueva.
Las relaciones chino-estadounidenses atraviesan una fase de turbulencia alimentada por el enorme déficit comercial estadounidense frente a China, que a su vez se debe en gran parte a la depreciación del yuan, según responsables norteamericanos.
Siguiendo una propuesta presentada en junio por legisladores y que tiene como blanco claramente a China, la Comisión de Finanzas del Senado estadounidense decisión la semana pasada pedir al Tesoro que identifique a los países cuyas divisas están «fundamentalmente desequilibradas», abriendo así la puerta a eventuales sanciones económicas en su contra.
Algunos economistas estadounidenses estiman que el yuan está depreciado un 40% frente al dólar.
Frente a Wu Yi, Paulson simplemente puso «el acento sobre la necesidad de un incremento de la flexibilidad», según dijo a China Nueva. «Una moneda que refleje la realidad china, y las bases económicas, serviría a los intereses de China», agregó el jerarca norteamericano.
«No hago más que repetir la posición del Tesoro pero una ley no es el método apropiado para resolver la cuestión de la moneda», sentenció.
«Paulson, actuando con prudencia, seguramente no buscó forzar a sus interlocutores a hacer concesiones sobre la cuestión del yuan. Pero esto le deja una carta en la manga, quizás, para obtener otra cosa», dijo a la AFP Mei Xinyu, investigador afiliado al ministerio de Comercio chino.
Amenazadas o no de sanciones, las autoridades chinas muestran su determinación a avanzar «a su ritmo», algo que no escapa a este ex banquero de Wall Street.
Con un dejo de malicia, Wu Yi se felicitó de que Paulson haya visitado el lunes una de las provincias más pobres de China, Qinghai (noroeste), a fin de poder «enriquecer sus futuros testimonios ante el Congreso» sobre la realidad del país.
Una manera también de que la denominada «Dama de hierro» china, Wu Yi, calme los ánimos sobre la presunta amenaza económica que representa China para Estados Unidos. «China no es una amenaza. No tiene la capacidad de serlo», aseguró Wu.