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Los campesinos cancelaron la protesta en el aeropuerto Suvarnabhumi de Bangkok después de lograr un acuerdo de último minuto con la primera ministra Yingluck Shinawatra, quien aceptó ponerse al corriente con los pagos de los cultivos de arroz del año pasado para la próxima semana. Sin embargo, prometieron cumplir con su amenaza si los pagos no están hechos en los siguientes días.

La protesta de los agricultores es uno de los muchos dolores de cabeza de Yingluck, quien cada vez parece más impotente frente a los movimientos contra el gobierno que buscan su renuncia. Los manifestantes han acampado prácticamente impunes durante semanas en importantes intersecciones de Bangkok y cerca del complejo de gobierno. La gobernante se ha visto obligada a trabajar en varias oficinas alternativas desde diciembre.

Los manifestantes que se oponen al gobierno y que han protestado desde hace tres meses, obtienen su apoyo principalmente de las clases urbanas medias y altas y de habitantes del sur que son leales al opositor Partido Demócrata. Quieren que el gobierno electo de Yingluck abra el camino a un gobierno interino para implementar reformas que ellos ven como necesarias para combatir la corrupción.

Yingluck enfrenta un posible proceso de destitución por acusaciones de la Comisión Nacional contra la Corrupción de que administró mal un costoso programa de subsidio al arroz.

Bajo el programa, una política insignia del gobierno de Yingluck que ayudó a ganar el voto de millones de campesinos, el gobierno compró grano tailandés a precios superiores al mercado. Sin embargo, el programa ha acumulado pérdidas por al menos 4.460 millones de dólares y se ha visto afectado por acusaciones de corrupción.

A los agricultores ya les pagaron unos 2.000 millones de dólares por los cultivos del año pasado, pero todavía les deben unos 3.390 millones.

El acuerdo del viernes no cubre los pagos de los campesinos a nivel nacional, sino sólo a los de la provincia central de Uthai Thani.