El papa Francisco escribió hoy una nueva carta sobre las injusticias de la pobreza en medio de indicaciones de que se propone crear un ministerio de finanzas para mejor servicio de la Iglesia.
El cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, un asesor clave en el Grupo de los Ocho del gabinete de Francisco, dijo al periódico católico La Croix que crear un «secretariado de finanzas» no solo es necesario sino razonable para mejorar los diferentes departamentos financieros del Vaticano.
Indicó que probablemente un cardenal estará a cargo, asistido por un organismo asesor permanente de laicos.
La carta apareció hoy, al final del tercer día de reuniones entre Francisco y sus asesores para oír propuestas de reformas de expertos que han estudiado las instituciones financieras de la Santa Sede. Sobre la base de dichos informes, los cardenales formularon sus propias recomendaciones al pontífice, aunque todavía no se anunció ninguna decisión definitiva.
Francisco fue elegido con el mandato de reformar la anticuada e ineficaz burocracia del Vaticano para hacerla más sensible a las necesidades de la Iglesia del siglo XXI y para ayudar a los obispos a difundir la fe.
El Papa ha prestado especial atención al banco del Vaticano, plagado por escándalos, acusado desde hace tiempo por las autoridades italianas de constituir un paraíso bancario extraterritorial, y a la media docena de oficinas financieras independientes dentro del Vaticano que tienen una amplia gama de responsabilidades, desde la administración de los fondos del Museo del Vaticano hasta las de las propiedades de la Santa Sede.
Francisco ha instado a la Iglesia a responder a las necesidades de los pobres y ha fustigado las injusticias del capitalismo global. El miércoles, el diario italiano Corriere della Sera publicó el prefacio que Francisco escribió para un libro de su guardián de la doctrina sobre la misión de la Iglesia: «Pobre para los pobres».
Aunque el dinero puede ayudar a conseguir objetivos, «el dinero y el poderío económico pueden ser un medio para distanciar a la gente entre sí, confinándola a un plano egocéntrico y egoísta», escribió el Papa.