Tan sólo 24 mineros ilegales fueron rescatados hasta hoy de una mina de oro de Sudáfrica, mientras que el resto de las cientos de personas que se cree que siguen atrapadas se niegan a ser recatadas por temor a ser arrestadas cuando salgan.
Ayer fueron rescatados once trabajadores ilegales de una mina abandonada de Benoni, cerca de Johannesburgo, tras el colapso de una de las galerías del yacimiento. Uno de ellos bajó hoy de nuevo a la mina y logró persuadir a varios más para que fueran rescatados, informó un portavoz de la compañía de emergencias privada ER24.
Todos los rescatados se encuentra en buenas condiciones de salud y fueron arrestados acusados de llevar a cabo trabajos ilegales de minería en el yacimiento, que había sido abandonado por sus dueños.
Se desconoce el número de personas que siguen atrapadas en la mina pero se cree que podrían ser cientos, afirmó el portavoz de ER24. Desde el principio se habló de unas 200 personas.
La compañía de rescate asegura que todos los atrapados pueden ser evacuados con cuerdas, sin que tengan que descender los miembros de los equipos de ayuda. Algunos de los mineros se encuentran a unos 15 metros de profundidad, mientras que otros podrían estar más abajo todavía.
Se cree que el derrumbe que atrapó a los trabajadores ilegales podría haber sido provocado por otro grupo rival de mineros ilegales. La policía se percató de lo ocurrido cuando escuchó gritos pidiendo ayuda mientras patrullaban la zona.
Las 11 personas que fueron rescatadas el domingo comparecerán ante un tribunal local mañana martes.
Ninguno de los que se encuentran todavía bajo tierra está atrapado por los escombros, que ya fueron retirados. Según la televisión, tienen suficiente comida y agua para resistir allí varios días.
Sudáfrica, el cuarto mayor exportador de oro del mundo, cuenta con algunas de las minas más profundas del mundo, lo que hace que aumente el riesgo para los mineros. En lo que va de febrero, 10 trabajadores perdieron la vida en accidentes de minas de la empresa Harmony Gold.
Miles de personas buscan metales preciosos de forma ilegal en minas abandonadas en Sudáfrica. La empresa propietaria de la mina de Benoni dejó de explotarla hace años por falta de rentabilidad.