Los demócratas en el Congreso efectuaron esta semana una conferencia privada para refrescar ideas con vistas a los próximos comicios legislativos de este año.
Sin embargo, se marcharon desconcertados como siempre ante un país al que sin duda agradan las posiciones demócratas pero que no siempre simpatiza con el partido.
Los demócratas al parecer continuarán siendo minoría en la Cámara de Representantes y podrían perder la mayoría en el Senado al cabo de las elecciones.
Los republicanos confían en ganar seis bancas para lograr el control del Senado.
Durante su conferencia privada de tres días en Chesapeake Bay, los demócratas tuvieron dificultades para explicar este panorama político al tiempo de insistir en que la ciudadanía apoya su agenda sobre inmigración, sueldos, derechos de las mujeres y otras prioridades.
Los discursos morales que pronunciaron el viernes el presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden contribuyeron poco a despejar este enigma político.
Obama dijo que el Congreso debe actuar en los temas «en los que la ciudadanía estadounidense está de nuestro lado».
Obama afirmó que entre estos puntos figuran un aumento al salario mínimo federal y una «política de inmigración inteligente» que permita a la gente «salir de las sombras».
Biden, que habló antes del presidente, fue más osado. «En todos los puntos importantes, la ciudadanía está de acuerdo con el Partido Demócrata», agregó.
Biden citó las posturas demócratas sobre el salario mínimo, el límite de la deuda, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la educación temprana de los niños, el gasto en infraestructura y «pago equitativo» para las mujeres.
Según el vicepresidente, 90% de los estadounidenses apoyan revisiones más estrictas a los antecedentes de quienes vayan a comprar un arma, un punto que no avanzó en el Senado bajo control demócrata y mucho menos en la Cámara de Representantes de mayoría republicana.
«No imagino un periodo en el que ante los temas que más repercuten en los estadounidenses, en la clase media, éstos nos apoyen tan abrumadoramente», expresó Biden.
Los republicanos se mofan de esa postura. Destacan que el electorado les confirió el control de la Cámara de Representantes y las gubernaturas de estados sin favoritos partidistas como Ohio, Wisconsin, Michigan Pennsylvania y Florida.
Las declaraciones de Biden reflejan más una «visión reducida» que una realidad política en estados cruciales que determinarán el control del Senado, dijo el consultor del Partido Republicano, Brian Walsh.